Zaragoza Feria del Pilar del 11 al 13 de octubre de 1962

...y encomendándose a la Pilarica se dispone a darlo todo en una de las más angustiosas, dramáticas y emotivas faenas que hemos visto esta temporada.

Día 11 de octubre de 1962
6 Toros del Conde de Mayalde
- Jaime Ostos
- Diego Puerta
- Andrés Vázquez.
 
 
 
Día 12 de octubre de 1962
 
6 Toros de Bohórquez
- Curro Girón
- Jaime Ostos
- Fermín Murillo.
 
Día 13 de octubre de 1962
 
6 Toros de Barcial
- Diego Puerta
- Victoriano Valencia
- Andrés Vázquez
 

TRES OREJAS A DIEGO PUERTA Y UNA A JAIME OSTOS. COMENTARIO A LA SEGUNDA CORRIDA DE TOROS DE A FERIA DEL PILAR.

Aun cuando el tiempo era lluvioso, la plaza ha registrado una gran entrada en esta segunda corrida de toros de la feria del Pilar. El cartel era en verdad interesante: seis toros del Conde de Mayalde para Jaime Ostos, Andrés Vázquez y Diego Puerta, que sustituía a El Viti.

     Los toros lidiados acusaron falta de casta, mansedumbre y embestían a oleadas, arrollando, pecando también de distraídos y como no fueron suficientemente picados, sacaron genio.

     Jaime Ostos en su primero ha estado enorme de valor y arte. Las verónicas de saludos fueron aclamadas por la multitud y su faena, brava y maciza, fue un canto al valor y a la casta, a la entrega total de un torero que sale todas las tardes a darlo todo. Una faena angustiosa por el aguante tremendo del torero ante las broncas y descompuestas oleadas de su enemigo y bella por la perfecta armonía que supo dar a los muletazos sobre ambas manos que compusieron su torera labor. Mata de una corta contraria dejándose ver, otra arrancando recto para enterrar todo el acero en el morrillo de la res, que le tira un derrote impresionante y se le lleva parte del pecherín en el pitón derecho. Ovación clamorosa y oreja para Ostos dando triunfal vuelta. El cuarto, un toro a medio picar como toda la corrida, tiene genio del malo y se le quiere comer. Jaime está valiente y torero con él, exponiendo más de la cuenta en dramático toreo para tres superiores pinchazos y estocada que mata. Brava faena del astigitano que se pasó a su enemigo muy cerca en series de derechazos y naturales en los que el toro parecía llevárselo en cada muletazo.

     Diego Puerta ha tenido una tarde francamente triunfal. Su valor, arte y casta se han impuesto a las malas condiciones de sus broncos enemigos. Y así vimos cómo el sevillano toreaba superiormente a la verónica y se hacía ovacionar de firme en sus personalísimos quites por chicuelinas. Y siguiendo embalado en el éxito, dos faenas francamente superiores en las que Puerta toreó con reposo, valor y gracia haciendo que la música sonase en su honor al torear superiormente al natural y por redondos con el condimento de adornos garbosos y torerísimos. Mata de estocada en su primero y le premian con la oreja y vuelta triunfal y tras su enorme faena muleteril al quinto de la tarde, que fue el cénit de la jornada y al que pasaportó de media superior, le son otorgadas las dos orejas. Un triunfo memorable de Diego Puerta que está dispuesto a todo.

     Andrés Vázquez saludó a su primero con apretadas largas de rodillas, para lancearlo acto seguido entre clamores. El toro llega imposible a la muleta, embistiendo a oleadas. Se impone la lidia y Vázquez se dobla con él superiormente escuchando una gran ovación. Mas pases dominadores y artísticos y pasaporta a su enemigo de pinchazo y media. Al que cierra plaza lo saluda con seis verónicas imponentes en las que el torero de Villalpando carga la suerte colosalmente, ganándose al rematar de media y revolera una enorme ovación. El toro, soso y distraído, llega a la muleta queriéndose ir. Andrés se mete muy bien con él en unos suaves pases de tanteo y tira después sobre la derecha en unos muletazos templadísimos que causan el natural alboroto ya que supo imprimirles temple y mando nada comunes. Pero el toro en su continuo quererse ir, con su distraído estilo, no se presta al lucimiento. El torero no obstante, le busca las cosquillas y le liga una torerísima faena, cuajando pases de gran calidad. Mata de pinchazo y estocada y suena un aviso que es protestado por el público por lo improcedente y descabella a la segunda, siendo despedido con una ovación.

     Y nada más. Esto ha sido lo que ha dado de sí la segunda corrida de la feria de las fiestas del Pilar, en la que nos hemos divertido por el esfuerzo de los espadas alternantes y que hemos visto entre chaparrón y chaparrón. Muy buenas noches.-

COGIDAS DE CURRO GIRÓN Y JAIME OSTOS QUE CORTA DOS OREJAS. VUELTA AL RUEDO PARA FERMÍN MURILLO. COMENTARIO A LA TERCERA CORRIDA DE TOROS DE LA FERIA DEL PILAR. CUANDO LA CASTA SE IMPONE.

        Daba miedo ver a Jaime Ostos ante el quinto de la tarde. Daba miedo porque el toro insuficientemente picado tenía sentido y ganas de coger. Jaime había estado muy bien en el primero de la tarde, al que mató por cogida  de ese otro modelo de pundonor que es Curro Girón. Ya se había lucido asimismo en el segundo del festejo  en el que fue ovacionado, pero no había redondeado la tarde triunfal por mor de la espada. Había estado valiente y artista, luciéndose al torear con capote y muleta, pero eso no le era suficiente. Y salió al ruedo el quinto de la tarde, que no bien hubo pisado la candente, saltó limpiamente al callejón, llegando a poner las manos en las barreras dando el natural susto a sus ocupantes.

        Con paso pausado, pero resuelto, se encamina al centro del anillo, donde brinda a la multitud la muerte del toro. Un todo con peligro, con sentido, que además tiene las del Beri, que se dice vulgarmente. Un toro que quiere coger, que se vence por ambos pitones y que ofrece por tanto serio peligro. Pero el de Écija no quiere marchar de la feria del Pilar sin un éxito grande, sin un triunfo de relumbrón y encomendándose a la Pilarica se dispone a darlo todo en una de las más angustiosas, dramáticas y emotivas faenas que hemos visto esta temporada. Jaime Ostos ha cuajado a costa de su sangre la más emotiva y tremenda faena de su temporada. Porque la verdad es que hoy por hoy no hay en el toreo quien tenga la casta de Jaime Ostos, su entrega toro tras toro. Y así vimos cómo se jugaba la vida en una faena tensa, de acusados y agudos perfiles dramáticos en los que cada pase arrancaba de las gargantas un ay de emoción que se transformaba en un olé de desahogo, de suspiro y respiro. Faena de las de volver la cara, de temblar ante el valor del astigitano, que sin importarle los pitones del Bohórquez, sus tremendas gañafadas, se pasaba a su enemigo en apretados muletazos sobre ambas manos. Pero el toro tenía sentido de toro y en un natural se llevó por delante al bravo torero, que fue volteado una y otra vez, como trágico pelele, entre el general espanto.  Todos al quite. Lo llevan en brazos a la enfermería, pero el torero se libra de sus portadores y escapa otra vez al ruedo, donde requiere los trastos que ya empuñaba Fermín Murillo. Y tras ese gesto, una serie de muletazos sobre la mano diestra en los que nuevamente el toro pone sombras de tragedia. Pinchazo y estocada entregándose y le son otorgadas las dos orejas en medio de atronadora ovación. Y es entonces cuando cae en brazos  de sus banderilleros que le conducen a la enfermería mientras apretaba las orejas de sus enemigos en un gesto de satisfacción.

        Otro que también sabe de gestas y de gestos es Curro Girón. El cóndor venezolano es torero de valor y afición sin límites. Tenía que triunfar, tenía que imponerse a la áspera y descompuesta arrancada de su primero. Y salió dispuesto a formarla en grande, desde los primeros lances a la verónica con ecos de oles y fondo de ovaciones. Y asó con un toro insuficientemente picado, Curro se dispuso a buscar el triunfo. Y ya estaba el público metido plenamente en la faena del venezolano cuando surgió la cornada que anidaba en las astas del Bohórquez. Porque la cornada con sus negras alas aleteó en los cuatro ayudados por alto iniciales de la faena y rozó al torero en los cuatro primeros naturales en los que iba quitando sitio al aire que pasaba entre las traidoras putas y la carne del torero. Y prendió al torero al quinto natural por el tercio medio del muslo izquierdo con saña, con sentido de muerte que solo la Virgen del Pilar supo burlar con magistral capotazo.

        La corrida, pues, quedaba en mano a mano entre el de Écija y el torero de la tierra. Y Fermín Murillo que pertenece a tierra de valientes, aceptó el reto que  le ofrecía la encastada y dura corrida de su tocayo Bohórquez. Aceptó el reto y estuvo a punto de triunfar de forma clamorosa de haber tenido más acierto con el verduguillo, por culpa del cual sonó un aviso en su primero. Pero Fermín que es torero de temperamento, de saber poco corriente, dio su nota, la nota aguda de su temple valeroso, de la armonía de su muleta ante toros que no sabían de mimo ni de suavidad, de temple y de dominio. Y así venció las dificultades de sus tres ásperos enemigos con sabiduría y dominio poco corrientes. Y al lado de la profundidad de su capote en lances a la verónica y en el dirigir y ordenar la lidia, la roja franela fue en manos del aragonés, vara de mando bajo la que tuvo que doblegarse la bronquedad de sus tres enemigos, que siguieron a regañadientes la muleta de Fermín, que escuchó música y ovaciones al torear primorosamente en series de derechazos en los que corrió la mano superiormente. Pero la espada, al amorcillarse sus enemigos, al taparse a la hora de descabellar, tiene la culpa de que no cortara orejas. Pero cuando remató al que cerró plaza, le hicieron dar triunfal vuelta entre ovaciones justas y merecidas.

        En cuarto lugar actuó el caballero rejoneador don Fermín Bohórquez con un novillo de su vacada. El rejoneador jerezano se lució sobremanera al prender pares de banderillas a una mano entre general contento. La espléndida doma de sus jacas toreras, el dominio que sobre ellas ejerce, provocaron aplausos admirativos y cuando mató de dos rejones de muerte fue premiado con una ovación y salida al tercio.

        El doctor Valcarreres facilitó los siguientes partes: “Curro Girón sufre una cornada de 5 centímetros de pronóstico reservado. Jaime Ostos sufre una cornada de 30 centímetros en la pierna derecha de pronóstico grave.”

 

CUATRO OREJAS Y RABO PARA DIEGO PUERTA. COMENTARIO A LA CUARTA CORRIDA DE TOROS DE LA FERIA DEL PILAR.

                En esta cuarta corrida de toros de la feria del Pilar se ha registrado el éxito grandioso del gran torero sevillano Diego Puerta, que con dos toros aplomados, tardos en la arrancada, ha cuajado otros tantos trasteos muleteriles que han puesto la plaza en conmoción de aplausos y ovaciones.

        Diego, al remate triunfal de su mejor y más completa temporada, está en son de guerra. Pletórico de valor y garbo, sobrado de afición, el artífice sevillano ha redondeado una tarde francamente insuperable. Toda la alegre floritura del más auténtico y bello toreo sevillano, junto con la hondura del más depurado toreo, han brillado como por arte de magia de la muleta y el capote de Diego, que ha estado toda la tarde en olor de multitudes. A su primero, al que saludó con formidable larga de rodillas y lanceó a la verónica entre ovaciones, le ha realizado una gran faena en la que ambas manos se han mecido en el más ortodoxo toreo. Dos orejas fue el premio otorgado al gran artista que sentó cátedra en un bello toreo al natural de sin igual templanza y mando. Pero la nota culminante de su actuación la puso en el quinto de la tarde al que le realizó la más templada, acabada y maravillosa faena que ha realizado esta temporada triunfal por tantos y tantos conceptos, para el torero de San Bernardo. El toro se resistía a tomar la muleta del sevillano, tardeaba ante ella para tomarla después de torera porfía con ansias de coger Pero ahí estaba Diego, recrecido, soberbio en la ejecución de todos y cada uno de los muletazos que pusieron dramáticos acentos en los tendidos y jubilosos respiros de olés. Faena modélica de principio a fin en la que Puerta se recreó y nos deleitó con la portentosa ejecución de un toreo en redondo imponente y en la gracia emotiva y salerosa de unos adornos pintureros que colmaron el entusiasmo. Por ello, al rodar el toro a sus pies de gran estocada, la plaza, blanca de pañuelos, otorgó a Puerta las dos orejas y el rabo de su enemigo. Un rabo que se concede a las faenas fuera de serie y ésta en verdad lo había sido. Al final del festejo se le obligó a dar triunfal vuelta al ruedo al negarse el torero a salir en hombros de los entusiasmados espectadores.

        Victoriano Valencia no ha tenido un lote apropiado al lucimiento dentro de la seria corrida enviada por Barcial. Su primero llegó a la muleta defendiéndose, quedándose corto y derrotando peligrosamente. Se imponía la faena de aliño, pero Victoriano le buscó las cosquillas por todas partes a un toro aplomadísimo. Lo mata con facilidad y a esperar al cuarto. Y sale el cuarto y Victoriano le borda seis verónicas y media que ponen al público en pie tan bellas y profundas han sido. Y con la muleta, el toro tardo y soso, una faena compuesta y torerísima en la que Victoriano buscó el lucimiento por todas partes y gracias a su saber y valor, logra unas series de templados derechazos. Muletazos enormes, marca de la casa, perlas de esas faenas cumbres de Victoriano, pero que no culminan en el éxito de clamor al negarse a tomar el toro la muleta más de una docena de veces. Pero la calidad, la clase del madrileño había quedado ahí en la plaza. Mata de cuatro entradas y es aplaudido.

        Tampoco a Andrés Vázquez le ha favorecido la suerte en el lote de hoy de la deslucida y sosa corrida de Barcial. Para él ha sido lo peor. Toros quedados, que frenaban a mitad de la arrancada, que embestían descompuestamente, que punteaban, echaban la cara arriba y se ponían por ambos pitones. Con reses de tales características poco se puede hacer y Vázquez ha estado muy bien con ellos, en plan torero que sabe lo que se trae entre manos. Dominador y valiente, poderoso, no ha perdido las riendas en ningún momento y eso que su lote era de los que traen de cabeza a más de uno. Breve y torero, lucido en quites y en cuantas ocasiones se lo han permitido sus enemigos, Andrés Vázquez ha matado su lote con todo decoro.

        La corrida de Barcial, bien presentada, ha hecho una buena pelea con los montados, pero después por los defectos apuntados no han ofrecido facilidades a los espadas. El triunfo de Diego Puerta se debe única y exclusivamente al torero sevillano que ha inventado dos toros.

        Y nada más, hasta mañana a esta misma hora en que de nuevo estaremos con ustedes para informarles de la corrida de Guadalajara, en la que se presenta en los alrededores de Madrid Antonio Ordóñez. Ojalá el buen tiempo nos permita presenciar el acontecimiento. Muy buenas noches a todos.-