Trujillo, Feria 3-6-67

Un cartel de toros y toreros muy interesante que ha llevado a la antañona plaza, a un público numerosísimo que al final del festejo ha alzado en hombros a los tres espadas

 

 

                Día 3 de junio  de 1967
                6 Toros de Higueros
 
               -   Luis Segura
               -   Luis Alviz
               -   Pedrín Benjumea
 
LUIS SEGURA, ALVIZ Y PEDRIN BENJUMEA, SALEN A HOMBROS
 
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Trujillo, según la manera de ver de C.F. servidor de ustedes. 3-6-67 
 
La histórica ciudad de Trujillo hierve en fiestas. Unas fiestas de fisonomía propia, que encierran las más diversas manifestaciones y que tiene en la tradicional corrida de toros, el cénit de su interés. Un cartel de toros y toreros muy interesante que ha llevado a la antañona plaza, a un público numerosísimo que al final del festejo ha alzado en hombros a los tres espadas. 
 
La corrida de Higueros, muy bien presentada, ha dado en conjunto buen juego, destacando los dos primeros y siendo lo peor los corridos en cuarto y quinto lugar, que tuvieron peligro manifiesto. 
 
Luis Segura ha tenido una actuación plena de aciertos. El diestro madrileño ha toreado lucidamente a la verónica a sus dos toros y en quites ha estado muy garboso y torero al ejecutar unas chicuelinas plenas de donaire, que se le han jaleado con fuerza. Su primer trasteo muleteril ha sido de los que catalogan a un torero como auténtico maestro. Valor, arte y poderío en una faena que inició con unos muletazos por alto con las dos rodillas en tierra y que prosiguió entre ovaciones y música, por derechazos, naturales y de pecho muy templados y mandones. Una gran faena en la que Luis Segura hizo gala de su buen arte, de su valor y de unos deseos enormes. Mató de pinchazo y estocada y se le otorgaron las dos orejas, mostradas en vuelta al ruedo muy celebrada. En el cuarto, que llegó a la muleta tardeando y con aspereza, volvió a torear superiormente sobre ambas manos, ligando una completa labor que se premió con música y ovaciones. Mató de media y hubo petición de oreja y aclamada vuelta al ruedo. Muy dispuesto hemos encontrado a Luis Segura, un torero de calidad al que no se acaba de hacer justicia. 
 
Luis Alvíz ha estado muy bien en el primero de su lote. El toro ha sido excelente pero hay que hacer constar que él ha estado muy bien con su enemigo. Con el capote ha toreado con maneras en unos lances a la verónica que han sido premiados con olés. Con la muleta, ha llevado a cabo una buena labor. Una faena con pases de todas las marcas, que han entusiasmado a sus paisanos. Mató de pinchazo y estocada caída y se le otorgaron las dos orejas y el rabo, dando la vuelta al ruedo con tales galardones. En el quinto, un toro manso que se repuchó en los cuatro picotazos que tomó, anduvo el hombre menos decidido. El toro tenía su guasita. Lo mató de dos pinchazos hondos el público se mostró disconforme. 
 
El que ha formado una escandalera triunfal ha sido Pedrín Benjumea. Pudo haber cortado las orejas y os rabos de sus dos toros si tiene mayor fortuna con el acero, pero no ha sido así. No obstante, el triunfo de Pedrín ha sido un éxito total y absoluto que ha hecho de Pedrín Benjumea el nuevo ídolo de la afición extremeña. Pisando un terreno de angustia, lances a la verónica en los que no se puede poner mayor sinceridad. Verónicas de manos bajas con las que se ha fajado materialmente a sus enemigos. Y en quites, con el capote a la espalda, ha puesto al público en pié al instrumentar unas gaoneras terroríficas. Sus dos trasteos muleteriles han sido como dos gotas de agua, gemelos en el tremendo exponer, en el aguantar increíblemente y en el correr la mano con una seguridad y un aplomo enorme. Sus ayudados por alto de quietud marmórea, sus naturales de largo cite, sus pases de pecho, sus genialidades personalísimas, han hecho que la plaza pareciera un manicomio entregado al torero que tarde a tarde, a golpes de corazón, se va consagrando por toda la geografía. Dos faenas que el público ha contemplado en pié y en un grito cuando el torero, impávido aguantaba una y otra vez y con unos suaves toques de muleta se sacaba a su enemigo de forma inverosímil. Pisando firme, seguro y tranquilo, haciendo el toreo de verdad, sobre ambas manos que le ha valido al de Palma del Río las más cálidas ovaciones.  Fue una pena que su primero que no cuadraba y echaba la cara arriba, se le llevase las orejas que ya tenía en la mano por no estar certero con el acero, ya que un pinchazo y estocada defectuosa dejaron el premio en ovación con petición. Al sexto en cambio, le formó tal gazpacho que pese a matarlo de dos pinchazos y estocada, se le otorgaron las dos orejas con petición de rabo y fue sacado en hombros en medio del clamor general. 
Y nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches.-