Mérida, 3 -9-66

UN SOSO ENCIERRO DE MORA FIGUEROA QUE DESLUCIÓ EL FESTEJO.

Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Mérida, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes. 3-9-66

     Lleno impresionante en la plaza. En el cartel, tres nombres toreros con suficientes atractivos como para poner el codiciado cartelito de no hay billetes. Diego Puerta, Paco Camino y Manuel Cano “El Pireo” eran los componentes de la terna encargada de pasaportar un encierro de Mora Figueroa que ha dado pésimo juego, faltos de casta, mansos y deslucidos, no han dado ocasión de lucimiento.

     Al romper filas las cuadrillas al término del paseíllo, fue entregado a Paco Camino el trofeo como triunfador de la pasada feria.

     Diego Puerta ha sido, una vez más, el torero modelo de amor propio. Su sentido de responsabilidad y entrega le han hecho buscar por todos los medios el agrado del público, pese a que sus dos enemigos no se han prestado lo más mínimo para ello. Al que abrió plaza lo ha toreado superiormente a la verónica, lo mismo en los lances de saludo que al quitar garbosamente. Dos varas tomó sin nada notable el de Mora Figueroa, que llega a la muleta con corta acometida, tardeando. El sevillano le realiza una valerosa y artística labor muletera que se premia con grandes ovaciones y música. Dobladas plenas de mando y derechazos en los que hacía ir a su enemigo un poco más largo en cada pase. La mano izquierda jugó con soltura el pase natural y los remates de pecho y los adornos, plenos de gracia y donaire, culminaron su espléndida labor muletera que no fue premiada con trofeos por precisar de tres entradas con el acero y otros tantos golpes de cruceta para finiquitar a su enemigo, Escuchó una gran ovación con saludos. En el cuarto, vuelve a ser ovacionado con el capote en lances de recibo apretados y torerísimos en los que el espada, citando con pies juntos y jugando los brazos, se pasaba muy cerca a su enemigo,

     Paco Camino no ha tenido material adecuado para el lucimiento pese a que ha puesto el mayor empeño en salir airoso de tan difícil trance como es siempre pelear con dos toros cobardes, sosos y deslucidos. El primero de su lote, sale haciendo ascos de los capotes hasta que Paco le mete en el suyo y le propina cuatro verónicas que se acogen con una gran ovación. Cumple el toro en varas y llega a la muleta poniéndose por ambos pitones, pero el camero le sabe encelar en su muleta y a fuerza de aguantarle, de consentirle y esperarle hasta que mete la cabeza, logra derechazos y naturales en los que el toro, al remate del pase, le echa la cara arriba y le busca. Sigue con otros muletazos de dominio y a la primera oportunidad le finiquita de una entera. El quinto no es mejor que el segundo de la tarde. De salida echa las manos por delante y embiste con la cara arriba. Toma dos varas saliendo suelto y repuchándose. A la muleta llega aquerenciado a tablas, haciendo gala de su condición de manso y cobarde y cuando embiste lo hace con media arrancada, quedándose en mitad de la suerte. No hay nada que hacer con tal ejemplar por lo que, aunque la cosa no gusta al público, lo pasaporta de una corta y descabello a la primera.

     El Pireo no ha tenido mejor fortuna que sus compañeros de cartel en lo que al juego de sus toros se refiere. Con el capote se ha hecho ovacionar en sus dos enemigos al lancear con apreturas y buenos modos a la verónica. Su primero, que tomó una sola vara a petición suya, llegó a la muleta con la cara alta y con corto viaje. Tras unos pases de tanteo, inicia su trasteo con unos derechazos, pero el toro se le vence con peligro y está a punto de cogerlo, salvándose de verdadero milagro. Manolo intenta sacarle partido al torear por naturales, pero ante las dificultades de su enemigo, opta por matarlo, lo que logra de media muy bien puesta. En el sexto no cabe nada que hacer.

     Y nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches a todos.-