GUADALAJARA FERIA 26 SEPTIEMBRE 67

Había formado ya Diego Puerta el primer alboroto cuando quitó por apretadas chicuelinas  y el público estaba con el saleroso diestro sevillano.

 

 

 

 

26 septiembre de 1967: Toros de Hros. Carlos Núñez para Victoriano Valencia, Diego Puerta y El Cordobés.
DOS OREJAS Y RABO A DIEGO PUERTA Y TRES Y RABO AL CORDOBES. 
 
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Guadalajara, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes.- 26-9-67
Toros en Guadalajara y un cartel de rumbo y tronío para reses de los Herederos de Carlos Núñez, bien presentadas y con trapío para plaza de mayor importancia. Llenazo, Cartel de no hay billetes. 
 
Victoriano Valencia no ha tenido mucha fortuna. Su primero, al que toreó muy bien a la verónica, le llegó al trance final gazaponcete y falto de un puyazo, por lo que su lidia se hizo muy laboriosa. El toro tenía casta y Victoriano hubo de pelear de firme con él para dominarle. Fue la suya una faena de torero de amplios recursos, torero dominador en unas buenas dobladas y lucido en varias series de muletazos sobre la derecha que se jalearon cumplidamente, así como sus afarolados, molinetes y pases de adorno. Mató de dos pinchazos y estocada que, al producir vómito, no gustó. Al cuarto lo saludó con seis verónicas de excelente calidad. Cuatro varas tomó el del campo tarifeño saliendo suelto. A la muleta llegó con un molesto cabeceo y quedándose corto, pese a lo cual Victoriano estuvo con él muy torero, desarrollando una variada y meritoria labor  en la que jugó ambas manos con su habitual maestría. Mató de pinchazo y estocada y hubo saludos para el torero de Madrid. 
 
Había formado ya Diego Puerta el primer alboroto cuando quitó por apretadas chicuelinas en su turno de quites del primer toro y el público estaba con el saleroso diestro sevillano, que no bien hubo saltado a la arena el segundo de la tarde, se estiró en unas verónicas de superior trazado que le valieron una gran ovación, así como en los lances que sirvieron para llevar a su enemigo al caballo para que tomase varios picotazos de los que salió suelto. El toro es un manso con peligro, distraído y sin fijeza, que es capaz de dar un susto al más pintado. Era un toro ilidiable y bronco con el que Diego Puerta se jugó materialmente la vida al realizarle una brillante labor en la que toreó sobre la mano diestra haciendo gala de su valor reconocido y de su arte sevillanísimo. Fue una labor meritísima en la que Diego expuso horrores y que se siguió con creciente entusiasmo. Pero la espada en estocada atravesada, media y varios intentos de descabello por taparse el toro, dejó el premio en ovación con saludos. Al quinto lo torea muy bien a la verónica y le hace un precioso quite por chicuelinas. Unas chicuelinas en las que el de San Bernardo se fajó materialmente con su enemigo, dando a la suerte una emoción y una belleza únicas. Y después con la franela, una grandiosa faena, una labor en la que Diego toreó por todo lo grande y todo lo bello del toreo, poniendo a contribución para el éxito, su garboso estilo en series de pases diestros y otros al natural, que entusiasmaron muy justificadamente al público. Y a la hora de tirar de repertorio, el joven maestro se lució en adornos salerosos y pintureros que colmaron la copa del triunfo. Una faena enorme de este gran maestro, de este joven maestro que, depurado su estilo, con su valor de siempre y con más arte que nunca, ha dejado patente su condición de primerísima figura del toreo. Mató de pinchazo y estocada y paseó por el ruedo las dos orejas y el rabo de su enemigo en medio de una clamorosa ovación y una continua lluvia de flores y prendas de vestir. Un gran triunfo de Diego Puerta que se encuentra en su mejor momento artístico. 
 
Decíamos en uno de nuestros comentarios a las actuaciones del genio de Palma del Río, en la feria de Logroño, que hubiéramos querido ver allá a ese sector de gentes que le niegan el agua y el pan con el protesto de su poco ortodoxa forma de interpretar el toreo