El Escorial Feria de San Lorenzo 10 agosto 67
Día 10 de agosto de 1967
6 Toros de Palha
- Julio Aparicio
- Paco Camino
- Ángel Teruel
APARICIO, CAMINO Y ANGEL TERUEL, TRIUNFADORES EN LA TRADICIONAL CORRIDA DE SAN LORENZO
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en San Lorenzo de El Escorial, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes.- 10-8-67
Llenazo hasta la bandera en la plaza escurialense. El cartel no era para menos, toros de la vacada portuguesa de Palha, que cumplieron, para Julio Aparicio, Paco Camino y Ángel Teruel, que sustituye a El Viti.
Julio Aparicio, el gran maestro de Madrid, tiene una actuación plena de aciertos. Su juvenil veteranía, su maestría y dominador estilo, le llevan a obtener un triunfo completo. A su primero lo toreó con elegancia, hondura y ese sentido de lo auténtico que sabe imprimir a todo cuanto ejecuta. Sus verónicas rítmicas, templadas, fueron acogidas con grandes muestras de complacencia. El toro, tras tomar una vara llegó a la muleta del maestro de Pardiñas sin emplearse, quedándose corto y gazapeando. Pese a ello, Julio anduvo con él con esa gran facilidad, con ese estilo clásico y le llevó a cabo una completa labor muletera, que se premió con música y ovaciones. Por precisar de tres envites con el acero y un descabello, la cosa quedó en aplausos. Pero en el cuarto de la tarde, sacó a relucir todo su poderío en una completa labor con capa y muleta con la que llevó a cabo una extraordinaria faena, en la que toreó colosalmente sobre ambas manos en un alarde de torería que enardeció al público en los tendidos. Sus naturales largos, templados y mandones, su toreo diestro desarrollado con suprema prestancia. Una faena de maestro en la que destacaron junto a los pases fundamentales, los de pecho y los adornos y desplantes valerosos, ejecutados con un sentido de la medida y la oportunidad extraordinario. Una gran faena rematada con un pinchazo y media que fue premiada con la oreja y petición de otra para el madrileño, que paseó por el ruedo en triunfo.
Paco Camino ha tenido una tarde cumbre A sus dos toros los ha toreado con el capote con esa calidad, esa hondura y ese clasicismo a que nos tiene acostumbrados. Sus verónicas, templadas y magníficas fueron un dechado de perfecciones toreras y con la franela, entre el general alborozo de los repletos tendidos, toreó tanto como le vino en gana. Dos faenas de insuperable trazado en las que el artista, adelantando la muleta prendía en ella a sus enemigos para, cargándoles la suerte, ejecutar con una limpieza extraordinaria el derechazo o natural en series de belleza insuperable, a las que ponía el gallardo contrapunto de unos pases de pecho hondos y sentidos. Paco Camino, ha dejado patente, a las puertas de Madrid, su gran momento artístico. Mató al segundo de la tarde de dos pinchazos y media y al quinto de pinchazo y gran estocada. De ambos se le otorgaron las dos orejas, dando triunfales vueltas al ruedo.
Debutaba en las cercanías madrileñas Ángel Teruel. Al muchacho no le veíamos desde el día de su triunfal alternativa en Burgos y teníamos ganas de verle nuevamente para poder aquilatar sus progresos. Su primero fue devuelto a los corrales por supuesta cojera y el toro que saltó a la arena al correrse el turno, no fue por su mansedumbre y su falta de clase, material adecuado para el lucimiento, pues el toro llegó a la muleta derrumbándose al menos esfuerzo y quedándose en mitad de la suerte. Su labor muletera fue, por ello, un mero intento, por lo que decidió pasaportarlo con rapidez, lo que logró de pinchazo y estocada, siendo aplaudido en tanto que se pitaba el arrastre del pupilo de la vacada portuguesa. En el sexto de la tarde, un sobrero de Arribas, Ángel Teruel dio cabal medida de sus posibilidades, de su condición de figura interesantísima. Buenos lances a la verónica en los que jugó los brazos y templó de maravilla, al igual que en las tres verónicas y media de remate que compusieron su quite. Ya estaba el público con el torero madrileño cuando requirió los garapullos, para prender con hábil maestría, con sentido de la suerte, dos pares de poder a poder soberbios, que le valieron otras tantas ovaciones. Y la plaza se vino abajo cuando prendió un par al quiebro y con la muleta, otro alboroto. Su faena, brindada al respetable, fue un dechado de perfecciones toreras, pues templó y corrió la mano de manera asombrosa en series de pases en redondo y al natural, con remates de pecho, de empaque y grandeza. Una gran faena rematada de una estocada y un certero descabello que le valieron las dos orejas, el rabo y la triunfal salida en hombros.
Julio Aparicio y Paco Camino, que se negaron a salir en hombros, fueron despedidos con una gran ovación. En resumen, una gran tarde de toros esta de hoy en El Escorial, en la que los tres maestros han triunfado apoteósicamente. Y nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches.-