Corrida extraordinaria de Beneficencia 7 de Junio de 1962

"Unas verónicas en las que el torero, de tanto adelantar la pierna contraria, parecía que su enemigo saltase sobre el muslo." 

    
 
 
 
 
    Día 7 de Junio de 1962
 
         Toros de Samuel Flores
          D. Álvaro Domecq Rome
             - César Girón
             - El Viti
             - Andrés Vázquez
 

CON ASISTENCIA DEL JEFE DEL ESTADO Y SU ESPOSA, SE HA CELEBRADO LA ANUNCIADA CORRIDA DE BENEFICENCIA

        Con la actuación del joven caballero rejoneador jerezano D. Álvaro Domecq Romero y los matadores César Girón, Santiago Martín El Viti y Andrés Vázquez se han lidiado toros de la ganadería de  D. Samuel Flores, que han dado regular juego.

        El joven rejoneador ha asombrado muy justamente a los aficionados que llenaban la plaza con su valor y gran dominio de la cabalgadura. Rejones, banderillas y rejón de muerte han sido prendidos por don Álvaro con sinigual pericia entre el clamor de las ovaciones. Pie a tierra, ha matado de una estocada un poco desprendida, tras breve faena, rabiosa y torera. Hay petición de oreja y vuelta triunfal.

        César Girón ha desarrollado un incomparable toreo a la verónica lleno de armonía, belleza y facilidad con la ligazón, temple y sobriedad de toda su actuación. Y con la muleta en su primero una lección de hondura y clasicismo en su brillante interpretación del estatuario, el natural y el pase sobre la mano diestra con el adecuado remate del de pecho en todas las series. Las ovaciones llegaron al máximo tras la gran estocada con que puso adecuado remate a su magistral faena. Dos orejas y triunfal vuelta a la redonda entre aclamaciones. Y en el cuarto de lidia normal, otra lección de buen toreo ante un toro aplomado y tardo. Está con él medido, centrado y torerísimo, sacándole una faena excelente a fuerza de porfiar, de pisarle el terreno a su enemigo y de llevarle embarcado suavemente en la muleta. Mata de metisaca y estocada y se le premia con una gran ovación.

        Santiago Martín El Viti puso sobre el tapete de las ventas un manojo de tres capotazos portentosos sobre las piernas que sirvieron para hacer tomar el engaño a su primero, un toro huidote que nada quería con los capotes. Empalmó estos lances con unas verónicas, siete en total y media de remate en las que el torero, de tanto adelantar la pierna contraria, parecía que su enemigo saltase sobre el muslo. Fueron unas verónicas de tal hondura y suavidad que la plaza rompió en clamores. Y aún en su quite volvió a cincelar otros tres lances y media de igual factura. La faena fue meritísima. El toro, de media arrancada, toma mal el engaño, pero El Viti lo lleva superiormente toreado en unas series de pases sobre la mano diestra a los que el de Vitigudino da toda su extensión, templándolos maravillosamente. Se apaga el toro en un intento de toreo al natural con media arrancada y como quiera que nada queda por hacer, mata de una entera de magnífica ejecución y descabella a la segunda, siendo premiado con una ovación mientras se pita a su enemigo en el arrastre. El cuarto, tras picarlo, banderillearlo y pasarlo a la muleta, es cambiado pues se cae continuamente. Sale el sobrero también de Samuel Flores, como todo el encierro, que ha dado regular juego. No puede hacer nada con el capote a un toro que tira las manos por delante y cabecea.  A la muleta llega también cayéndose por lo que tras pasarle suavemente por varios derechazos, remata con una estocada colosal.

Andrés Vázquez ha sacado a relucir en sus dos toros su valor y excelentes deseos. El primero tenía peligro. Le cogió en una ocasión al dar un natural, pero el torero no se amilana y sigue con su trasteo muleteril hasta pasaportarlo de una gran estocada. La ovación se escucha en Villalpando. El que cierra plaza tampoco se presta ni poco ni mucho al lucimiento. Andrés lancea colosalmente a la verónica y la media de remate, ligada a otra imponente, pone la plaza baca abajo. Un apretado quite por chicuelinas que se jalean y una faena porfiona y valiente en la que el torero pone el corazón a trueque de la cogida que por fortuna no llega. Ha estado valentísimo con un gran sentido de la responsabilidad y sabedor de lo que se jugaba. Mató de media estocada y fue despedido con aplausos.

        Al final del festejo los tres espadas pasaron a cumplimentar al Palco de Honor.

        Y nada más, hasta mañana a esta misma hora en que estaremos de nuevo con ustedes, muy buenas noches a todos.