Burgos Feria de San Juan y San Pedro 28 a 30-6-70

Se dice muchas veces que para llegar con fuerza al aficionado, el torero tiene que torear para sí mismo.

Tarde cumbre, genial, apoteósica del toreo eterno, del que no sabe de modos ni modas.
 
 
            Día 28 de junio de 1970
 
      6 Toros de Fermín Bohórquez
           - José Fuentes
           - Manolo Cortés
           - José Falcón
 
PRIMERA DE FERIA DE SAN JUAN Y SAN PEDRO EN BURGOS 28-6-70 
Ferias y Fiestas de San Juan y San Pedro en Burgos. Tarde fría y media entrada para presenciar este primer festejo de la Feria en la que actúan José Fuentes, Manolo Cortés y José Falcón, que sustituye a Dámaso González. Los toros de don Fermín Bohórquez, de escasa presencia y mansurrones, han deslucido el festejo, haciendo inútiles los esfuerzos de los espadas. Sólo hubo dos toros que medio cumplieron y son los que correspondieron al lote del portugués José Falcón, aunque en honor a la verdad, hay que decir que se le vinieron enseguida abajo. El segundo de la tarde fue devuelto a los corrales por falta de trapío, siendo el sobrero protestado por cojo, aunque no fue devuelto. 
José Fuentes ha estado toda la tarde dominador y con grandes deseos de triunfo. De su capote han brotado verónicas y chicuelinas de fino estilo Pero sus dos enemigos, sosos y aplomados, refugiados en la media arrancada y defendiéndose, no le han dado ocasiones de lucimiento. Pero como quiera que Fuentes es torero que conoce el oficio y sabe dar a su toreo un sello personal, se ha hecho ovacionar en varias ocasiones, especialmente al torear al natural. Pero no ha podido redondear porque los toros han hecho lo imposible para que no luciera su bello estilo torero. Mató a su primero de pinchazo y una gran estocada y fue ovacionado. Al cuarto lo mató de una estocada de las que se ven de tarde en tarde. Perfilándose en corto y por derecho, con la vista fija en el morrillo, enterró limpiamente el acero para salir limpiamente por el costillar. Una gran estocada que no se valoró en todo su mérito ya que el público estaba enfadado por el mal juego que estaban dando los toros. 
Tras ser devuelto el segundo Bohórquez, se corrió el turno y salió en su lugar el quinto, que fue protestado por cojo y cuya lidia transcurrió entre protestas del respetable, que no quiso apreciar los buenos lances de Manolo Cortés ni los excelentes muletazos que instrumentó el sevillano en este toro. Mató de estocada y se le aplaudió en tanto que la Presidencia era abroncada. El sobrero lidiado en quinto lugar era un manso y bronco animal que llega a la muleta sin lucimiento posible. El torero se muestra animoso y valiente e intenta sacarle partido por todos los medios, pero ante la nula colaboración del manso, lo despacha de pinchazo y media siendo ovacionado en tanto que se pitaba al toro en el arrastre. 
José Falcón ha estado valiente y voluntarioso toda la tarde. Con el capote se ha hecho ovacionar en sus dos toros y con las banderillas en ambos se ha hecho merecedor de grandes ovaciones. El portugués se mostró valiente en todo momento al muletear a sus dos enemigos logrando momentos de brillantez que se premiaron con música y ovaciones, pero no ha estado afortunado con el acero, por lo que el premio quedó en vuelta al ruedo en su primero y aplausos en el que cerró plaza.- 
 
 
 
            Día 29 de junio  de 1970
 
      6 Toros de Dionisio Rodríguez
           - Diego Puerta
           - Francisco Rivera “Paquirri”
           - Miguel Márquez
 
LA FALTA DE FUERZA DE ALGUNOS TOROS PROVOCARON FUERTES BRONCAS 29-6-70 
Gran entrada para presenciar esta segunda corrida de la Feria de Burgos en la que, con toros de don Dionisio Rodríguez, actuaban Diego Puerta, Francisco Rivera "Paquirri" y Miguel Márquez. Las reses, por su mansedumbre y falta de trapío, han estado a punto de provocar una grave alteración de orden público. El Presidente, ante el mal cariz que tomaba la cosa y cuando ya habían picado y banderilleado al sexto de la tarde, ordenó que fuese devuelto a los corrales, cosa que debió hacerse antes dada su manifiesta invalidez, lo que había provocado las airadas protestas del público, que sembró materialmente el ruedo de almohadillas. Los demás, unos en mayor medida que otros, han adolecido de falta de fuerza y deslucidos. Estas cosas no se deberían tolerar. Si los ganaderos vienen a las ferias de importancia con ganado tan escaso de trapío como de casta y fuerza, no se debe autorizar su lidia y evitar que un día se produzca una grave alteración del orden público con todas sus consecuencias. 
El primero de la tarde ya provocó las primeras protestas del respetable, justas y merecidas pues la res era un auténtico inválido que rodó por el suelo al menor esfuerzo. Ante las protestas justificadísimas de los aficionados, Diego Puerta, que había toreado muy bien con el capote por verónicas y chicuelinas, optó por tirar a abreviar, pero no estuvo afortunado con el acero. La presidencia escuchó una gran bronca por no haber ordenado la devolución del toro a los corrales. En el cuarto, un toro sin clase, distraído y muy deslucido, el sevillano estuvo muy torero tanto con el capote como al manejar la franela en una faena de calidad y garbo sevillanísimo que tuvo momentos muy brillantes pese a que su enemigo se le quedaba corto, le echaba la cara arriba y no acababa de colaborar con el de San Bernardo. Pero como éste quiso, como puso a contribución su valor acreditado y su arte, fue premiado con una oreja y vuelta triunfal tras matar de pinchazo y estocada. 
Sigue Paquirri en plan arrollador. A su primero le ha formado un alboroto al saludarlo con una larga de rodillas y verónicas tan apretadas como toreras. Por chicuelinas galleadas llevó al de don Dionisio al caballo para que tomase una vara, tras la que solicitó el cambio, que le fue concedido. A petición del respetable, requirió los rehiletes para prender entre ovaciones dos pares de poder a poder y cerrar el tercio con uno al quiebro, de las cortas, que le salió bordado. La labor muletera del maestro de Barbate fue de las que dan fe de que quien la ejecuta es una figura del toreo. si bueno fue su toreo por bajo en los trincherazos  iniciales, mejor fueron las tandas de derechazos y naturales, los circulares y molinetes, de pie y de rodillas y los adornos justos y medidos. Faena grande, enorme, que no se vio reflejada en corte de los máximos trofeos por matar de dos pinchazos y superior estocada, quedando la cosa en petición y vuelta al ruedo. Este toro, justo es decirlo,  fue el que mejor cumplió del encierro, pero también es verdad, que aun así no fue cosa del otro jueves. En el quinto, un toro mansurrón y sin clase, toreó bien con el capote pero con la muleta no pudo ligar faena por no prestarse al lucimiento. Lo mató de estocada que produjo vómito y claro está, la cosa no gustó. 
Molesto, andarín y revolviéndose en un palmo de terreno al quedarse en mitad de la suerte fue el primero de Miguel Márquez al que el malagueño le lanceó de capa entre oles. Pero después llegó el toro a la muleta con los defectos antes anotados e hizo por ello imposible el lucimiento del espada., que en vista del poco juego que daba, lo pasaportó de una buena estocada, siendo aplaudido en tanto que el toro era pitado en el arrastre. El que cerró plaza provocó un tremendo escándalo debido a su mansedumbre, falta de trapío y fuerza y como decíamos al principio, fue devuelto a los corrales antirreglamentariamente, tras ser picado y hasta banderilleado. En el sobrero, un toro de Paco Camino con acusado genio, se hizo ovacionar al torear con el capote y con la franela llevó a cabo un emotivo trasteo en el que instrumentó muletazos de todas las marcas entre música oles y ovaciones. Pero cuando ya tenía el éxito en la mano, dos pinchazos, estocada corta y el tener que descabellar, dejó el premio en vuelta al ruedo.-
 
 
 
            Día 30 de junio  de 1970
 
      6 Toros de Joaquín Buendía
           - Antonio Ordóñez
           - Paco Camino
 
SINFONIA TORERA DE ANTONIO ORDOÑEZ Y PACO CAMINO. 30-6-70 
Antonio Ordóñez y Paco Camino. dos maestros en competencia, dos clásicos, dos ortodoxos que están dispuestos a dar muchos días de gloria al toreo. Dos artistas de estilos bien dispares pero con el común denominador de la pureza. Dos toreros que hacen de los eternos postulados del parar, templar y mandar  monumentos al arte del mejor y más auténtico toreo. Tarde cumbre, genial, apoteósica del toreo eterno, del que no sabe de modos ni modas. 
Antonio Ordóñez ha toreado con el sentimiento y la autoridad que sabe imprimir siempre a su toreo. Su capote, templado y solemne, ha cuajado verónicas de la más solemne solera clásica y con la franela, todo el señorío, el empaque y la majestad de su toreo, ha brillado como en sus mejores tardes en tres faenas de calidad difícil de superar. El temple de sus muletazos, redondos, naturales y de pecho, han tenido el clamoroso eco en los tendidos. Y es que cuando se torea con la pureza, la verdad y el sentimiento que ha puesto en todo su quehacer, llega a los aficionados con fuerza incontenible. Ha sido la tarde gloriosa de un gran torero. 
Se dice muchas veces que para llegar con fuerza al aficionado, el torero tiene que torear para sí mismo. Pues hoy el rondeño ha toreado para él, para su propio deleite, para su gozo exclusivo. Y por ello la pureza y la calidad de su toreo ha entusiasmado a todos. Con esto que hemos dicho, ya sobraría para relatar su tarde triunfal, pero como quiera que hoy en el toreo, los trofeos son los que dan a la masa, que no al aficionado, la cabal medida del éxito, tenemos que decir que, a su primero al que mató de pinchazo y estocada, le cortó una oreja; dos y rabo al segundo de su lote, tras matarlo de una gran estocada que tiró sin puntilla a la res, y dos orejas en el quinto de la tarde al que pasaportó de estocada. La música acompañó en todo momento sus tres bellos trasteos muleteriles. Éxito grande, sonado y rotundo del toreo clásico. 
Y Paco Camino, maestro sapientísimo y seguro, con pulso de artista, de su capote de privilegio brotaron suaves verónicas y un quite por chicuelinas de los suyos. Unas chicuelinas con cite de frente, portentosas de garbo, gracia y donaire sevillano. Chicuelinas de su quite de oro, inimitables, únicas, que llenaron la plaza de luminosidad y belleza. En Paco Camino descansa el toreo clásico, ese que sabe de la armonía y el ritmo, del temple y la hondura, el sentimiento y el duende fundido con las normas eternas e inmutables del toreo. 
Paco Camino, fácil de inspiración, templado su capote y muleta, ha bordado el toreo con su dominio de todas las suertes, de la inspiración creadora, de su concepción purísima del arte. Ha estado como un coloso en sus tres toros y de su templada y armónica muleta han surgido tandas de pases sobre ambas manos de gusto y sentido estético. Los trincherazos y doblones rodilla en tierra, han dado paso a largas y maravillosas tandas de pases al natural perfectos desde la iniciación al remate, ligadísimos que al cerrar con los forzados de pecho de pitón a rabo, han puesto la plaza en pie. Y la derecha, amplia en su dominio y mando, templada y suave, ha dibujado el pase en redondo. Y para que nada faltase, las pinceladas artísticas de los recortes, los adornos garbosos y pintureros, sal y pimienta de tres faenas clásicas maravillosamente sentidas y ejecutadas que han quedado como modelo y ejemplo del mejor arte torero. Mató a su primero de estocada y paseó en triunfo las dos orejas y el rabo. Al cuarto lo pasaportó de pinchazo y estocada y se le otorgó una oreja y al que cerró plaza, le otorgaron las dos y el rabo tras matarlo de una gran estocada. 
Al final, los dos maestros salieron en hombros de la plaza en medio del clamor unánime del público. 
La corrida de Joaquín Buendía, (Santa Coloma) bien presentada, dio en conjunto buen juego.-