Benidorm, 4-8-70

Llovió de forma torrencial desde la noche anterior y la mañana del día del festejo, pero el público acudió a la taquilla como si luciese un sol espléndido.

  

 

 

              Día 4 de agosto de 1970

              6 Toros de Pérez Angoso
             - Santiago Martín “El Viti”
             - Manuel Benítez “El Cordobés”
             - Miguel Márquez
 
LA CORRIDA DEL SÁBADO EN BENIDORM.
Benidorm, 4.- Está visto que con El Cordobés no hay quien pueda. Por estas costas alicantinas llueve poco y sus gentes y los veraneantes que acogen no gustan de la lluvia. Se supone que sólo interesa el sol y cuando caen cuatro gotas todo el mundo pone mala cara. Llovió de forma torrencial desde la noche anterior y la mañana del día del festejo, pero el público acudió a la taquilla como si luciese un sol espléndido. Toreaba El Cordobés y para los millares de turistas y nativos eso era motivo más que suficiente. Pero sin duda alguna, para premiar su buena fe, hacia las tres de la tarde abrió el día y lució por fin un cielo maravilloso, con lo que se pudo celebrar la corrida que tan grave peligro de suspensión había corrido. Casi se llenó la monumental plaza para presenciar el acontecimiento que tenía como protagonistas la actuación de Santiago Martín El Viti, Manuel Benítez El Cordobés y Miguel Márquez, con toros de Pérez Angoso de desigual juego. 
Para Santiago Martín El Viti fue el lote más deslucido del encierro. Un primer toro que llegó con media arrancada al trance final y un cuarto, que si en varas se quiso quitar el palo, llegó tardeando sosote a la muleta. Con el capote, el diestro salmantino se hizo ovacionar en ambos y con la franela, a fuerza de exponer, cuajó una voluntariosa faena al primero que le valió fuertes aplausos tras pasaportarlo de media y dos golpes de cruceta. N el cuarto realizó faena de aliño para media y dos golpes de verduguillo y no gustó la cosa.
El Cordobés volvió a formar uno de sus acostumbrados escándalos triunfales. Con el capote se hizo jalear con fuerza en unas verónicas de saludo, en sus dos toros y en un apretado quite por chicuelinas. Entre música  y continuos oles y ovaciones clamorosas, toreó con la franela a sus dos toros, componiendo sendos trasteos en los que hizo gala de su peculiar estilo, al pararse una barbaridad con los del campo charro y torear con un dominio y un temple absoluto. Principalmente la mano izquierda, puso esta tarde su nombre en lo más alto de la gloria torera al bordar en ambos toros tandas de pases naturales pletóricos de ritmo y temple. Y como El Cordobés es torero anti norma, torero con sorpresa, que son los que interesan siempre, sacó a relucir su genialidad al instrumentar muletazos de enorme exposición y alardes tan vibrantes como toreros. Mató a sus dos toros de sendas estocadas y se le otorgó una oreja en cada uno con fuerte petición de mayores trofeos.
Miguel Márquez, siguiendo su línea de triunfador constante, ha alcanzado un rotundo éxito en sus dos toros. Una vez más el pequeño león de Fuengirola, recrecido ante el peligro ha hecho gala de su valor y casta y por ello su éxito ha sido tan merecido como sonado. Buenas verónicas de abierto compás, otras a pies juntos y unas chicuelinas galleadas para poner a su enemigo en suerte para ser picado, que le han valido grandes ovaciones. Con la franela, dos grandes trasteos. Dos faenas enormes de valor y entrega en las que ha dejado constancia de su dominio de todas las suertes del toreo. Ambas manos han rivalizado en la ejecución del mejor toreo y ha cuajado dos alegres, variadas y emotivas faenas, en las que ha instrumentado toda clase de muletazos de pie y de rodillas, en un alarde de dominio y poderío que ha entusiasmado. Por ello, cuando mató a su primero de superior espadazo, se le otorgaron las dos orejas y el rabo, dando aclamada vuelta y también le cortó las dos orejas al que cerraba plaza, pese a matarlo de pinchazo, estocada y dos descabellos, lo que da buena idea de la bondad de su labor. Al final, como es clásico, Miguel Márquez saldría en triunfo de la plaza.-