Badajoz 24 a 26 Junio de 1965

"Cuando Paco Camino torea tan a gusto un toro, cuando emplea firme su mano izquierda, la plaza entera se llena de belleza y huele a toreo que marea."

 

Día 24 de Junio de 1965
 
6 Toros de Joaquín Buendía
Jaime Ostos
Paco Camino
El Pireo
 
Día 25 de Junio de 1965
 
6 Toros de Dª Eusebia Galache
Antonio Ordoñez
Paco Camino
José Julio
 
Día 26 de Junio de 1965
 
6 Toros de Marqués de Domecq
Fermín Murillo
Curro Romero
Manuel Benítez El Cordobés
 
DOS OREJAS PARA OSTOS Y UNA A PACO CAMINO
Comentario a la primera corrida de toros de la feria de Badajoz, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes.-
Badajoz hierve en fiestas en honor de San Juan. Y como es tierra que gusta del cante y el toreo bueno, uno de los espectáculos que goza de más aceptación es, sin duda alguna, las corridas de toros. Y este año con la caldera de su acostumbrado calor a medio encender, acudimos a la antigua e incómoda plaza para ver el primero de los tres festejos que tienen anunciados. El encierro de Joaquín Buendía ha pecado de falta de casta. Apagados y sin clase, no se han prestado al lucimiento de los espadas, pues a los defectos mencionados, hay que sumar blandura y sosería.
        Al término del paseíllo y en el tercio, se procedió a hacer entrega de los trofeos conquistados en la pasada feria por el ganadero portugués Patricio Cunhal y el matador de toros Paco Camino. También le fue entregado el trofeo que premiaba al mejor rehiletero al peón de la cuadrilla de Paco Camino, Antonio Cobos.
        Jaime Ostos, con un sitio asombroso, depurado su arte, ha toreado de forma impresionante a sus dos toros. Con el capote, sus verónicas han tenido armonía y hondura y con la muleta, ha toreado como lo que es, un maestro, al cuarto de la tarde. La faena, sobria y torerísima tuvo por cimientos su gran valor y por banderín una treintena de muletazos que hicieron crujir la plaza de entusiasmo. Y es que Jaime se ha pasado a su enemigo en ayudados de quietud marmórea, en los que se ha dejado acariciar el corbatín y ha corrido la mano de forma admirable, lo mismo por derechazos de larga curvatura que por naturales de templado y hondo trazado. El toro rodó a sus pies de una excelente estocada y la plaza se cubrió de pañuelos en demanda de los máximos trofeos para Jaime Ostos. La presidencia otorgó dos orejas y Jaime recorrió en triunfo el ruedo. Su primero se apagó pronto, aplomado, blando de manos, no colaboró nada al éxito del espada, que tras breve faena lo despachó de varios envites.
Bien puede decirse que Paco Camino ha perdido los máximos trofeos en el primero de su lote, porque cuando Paco torea tan a gusto un toro, cuando emplea firme su mano izquierda, la plaza entera se llena de belleza y huele a toreo que marea. Porque Camino ha realizado una faena completísima en la que la mano izquierda ha bordado el natural, largo, ligado, superiormente iniciado y mejor rematado y ha toreado sobre la diestra de forma insuperable. Pero la espada en dos pinchazos, estocada y descabello, hizo que se esfumaran los máximos trofeos. En cambio le cortó la oreja al quinto de la tarde por una faena completísima. Una labor torera admirable en la que la cabeza torera de Paco hizo que el soso y deslucido animal colaborase, aunque con desgana, a la obra del diestro, que toreó sobre ambas manos, entre el contento de la parroquia que premió al espada con la oreja de su enemigo, tras pasaportarlo de media y certero descabello.
El Pireo se hizo ovacionar al torear con el capote a su primero. El toro llegó a la muleta poniéndose peligrosamente por ambos pitones y acusando sentido. Manolo Cano lo intentó todo, sobre la izquierda y la diestra y ante las coladas del Buendía, le realizó poderosa faena de aliño que remató valientemente con media superior. Volvió a ser ovacionado al torear a la verónica. El toro soso, embistiendo con la cara alta, no era material apropiado para el lucimiento, pero el torero de Córdoba se metió con el muy bien en unos muletazos por bajo muy toreros. Ya con la música en marcha y entre el griterío de toda la plaza, siguió toreando con valor y excelentes maneras por derechazos, naturales y de pecho, cerrando su brillante labor muletera con un pinchazo y una corta. Se le premió con la vuelta al ruedo y al abandonar la plaza fue despedido con una gran ovación.
Y nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches.
 
 
 
 
OREJA PARA ANTONIO ORDOÑEZ Y PACO CAMINO.-
Comentario a la segunda corrida de toros de las fiestas de San Juan en Badajoz, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes.-
El deslucido encierro de doña Eusebia Galache, ha dado al traste casi en su totalidad con la corrida de esta tarde. Y decimos casi, porque Antonio Ordóñez en su segundo y paco camino en su primero han cuajado sendas meritorias faenas pese a que sus oponentes no han dado ninguna clase de facilidades.
Antonio Ordóñez, que fue recibido con una atronadora ovación al hacer el paseíllo y al término del mismo, se hizo jalear al saludar a su primero con unas verónicas reposadas y artísticas. Pero el toro salió congestionado del segundo puyazo y llegó al trance final con la visión perdida por completo del ojo izquierdo, cruzándose y descolocando mucho, Antonio Ordóñez le realizó una faena atemperada a las condiciones del animal y cuando lo mató de cuatro pinchazos, estocada y descabello, escuchó protestas del respetable, que no había apreciado las dificultades y pésimas condiciones del toro a la hora de emplear la franela. Al cuarto lo toreó con el capote de forma maravillosa. Fueron unas verónicas antológicas. La lentitud que imprimió al lance fundamental, la prestancia de la figura torera y el temple que puso en cada lance, hizo que la plaza le aclamase entusiásticamente. Nuevamente en el quite volvió a cincelar cuatro verónicas y revolera final de pura filigrana y nuevamente la afición le hizo conocedor de su complacencia al tributarle clamorosos olés. A la muleta llegó el toro tardeando y distraído. Antonio lo tomó en dos muletazos por alto a una mano y un gran pase de pecho diestro. Vinieron después unos por bajo torerísimos que sirvieron para ahormar a su enemigo y encelarlo. Y después la maravilla clásica de sus naturales eternos, la perfecta armonía de los en redondo de muleta tersa, pura y mandona y como remate a la elegante obra torera, unos por alto pletóricos de empaque y un par de adornos vistosos y torerísimos. Una gran estocada como rúbrica y oreja para Antonio que da triunfal paseo en tanto se reclaman mayores premios para la lidia de este toro. 
Y entre las dos grandes figuras del toreo –Antonio Ordóñez y Paco Camino- la figura de un torero portugués pleno de entusiasmo y de deseos, que esta tarde no se han visto hechos realidad por más que lo ha intentado. Muy bien con el capote en su primero y por ello se le ovacionó fuerte. Prendió tres pares de banderillas, el último al cambio muy bueno, para realizar una faena en la que hubo de todo, cosas buenas, regulares y malas, contando entre estas últimas la manía de prolongar innecesariamente la faena. Con la espada estuvo sin suerte ya que precisó de siete pinchazos y dos golpes de cruceta, escuchando aplausos. El quinto iba al bulto que era un contento. Vamos, un contento para el toro, porque para los toreros, maldita la gracia que tenía la cosa. En este toro José Julio realizó una faena carente de recursos y escuchó un aviso tras pinchar y descabellar una infinidad de veces. 
Sigue Paco Camino en plan arrollador. Esta tarde también ha podido desorejar a su primero por partida doble y aun estuvo a punto de alcanzar mayores premios si tiene más suerte con el acero en su primero. A este toro le saludó con unas verónicas excelentes, superando lo insuperable en los lances por el pitón izquierdo. La faena a un toro que echaba la cara arriba y derrotaba, fue un dechado de perfecciones. Unos doblones iniciales fueron el pórtico de entrada a la médula de su trasteo muleteril en el que brilló con luz propia un toreo al natural largo y reposado y un toreo en redondo en el que el mando insuperable de su muleta hizo que el toro pasase por los hondos cauces de su torería. Llegó con fuerza su toreo a los tendidos y de ellos llegaron las aclamaciones. Dos pinchazos antes de la estocada dejaron el premio en una oreja con fuerte petición de otra y triunfal paseo a la redonda. Al sexto lo toreó también de forma admirable con el capote tributándosele por ello oles y ovaciones. Su labor muletera la inició con unas dobladas muy buenas, echándose acto seguido la muleta a la izquierda para torear al natural con su acostumbrada buena clase. Ya sonaba la música cuando el toro, asperillo y sin clase, se puso a la defensiva, al acecho de la cornada. Paco se mete con él en rabiosos doblones y nuevamente intenta sacarle faena, cosa que es del todo imposible. Lo mata de pinchazo, estocada y descabello y es despedido con una gran ovación. 
Y por hoy nada más, hasta mañana a esta misma hora, muy buenas noches a todos..
 
 
 
 
 
 
CUATRO OREJAS Y RABO AL CORDOBÉS Y OREJA PARA CURRO ROMERO. FERMIN MURILLO, DOS VUELTAS CON PETICIÓN.
El alboroto multitudinario que lleva El Cordobés a todas partes se ha dejado sentir hoy en Badajoz. Bullicio inusitado en la ciudad. Miles de aficionados han tenido que quedarse en la calle por no encontrar el soñado boleto que le permitiría asistir a la última de la feria de Badajoz. El cartel en si era interesantísimo. Seis toros del Marqués de Domecq para Fermín Murillo, Curro Romero y Manuel Benítez El Cordobés.
Hacía su presentación en el coso del Pilar el aragonés Fermín Murillo. En el primero ha estado con el capote sencillamente extraordinario en verónicas de buen compás que han sido acogidas con grandes muestras de complacencia.  Una sola vara tomó el toro y a la muleta llegó sin fuerza arrastrando los cuartos traseros y por tanto quedándose corto y defendiéndose. Pese a ello, el maño ha toreado superiormente sobre ambas manos, cuidando con mimo exquisito a su enemigo, al que se ha pasado entre música y olés por derechazos, naturales y otros girando por alto muy valientes y toreros. Mató de dos pinchazos y estocada y escuchó una gran ovación. En el cuarto volvió a entusiasmar al torear a la verónica. Tras tomar el toro dos varas, inició Murillo su trasteo con unas dobladas rodilla en tierra que pusieron la música en marcha. Ya con el público entregado, toreó superiormente en redondo con remate del clásico pectoral. Un espontáneo usando una manta a guisa de muleta, cortó la triunfal faena, la cual fue continuada por el aragonés en tono mayor, cuando fue retirado el intruso. Hubo naturales, de pecho, abaniqueos y giraldillas muy logradas y cuando Fermín despachó a su enemigo de pinchazo y estocada, hubo larga y prolongada petición de oreja para el baturro, que en compensación tuvo que dar dos triunfales vueltas, pitándose a la presidencia por no otorgar trofeos. Una muy lucida presentación de Fermín Murillo ante la afición pacense.
Curro Romero saludó a su primero con unas verónicas muy templadas que le valieron una clamorosa ovación. El toro sin fuerzas, se queda corto y dobla manos repetidamente, por lo que toda la faena transcurre entre las protestas del público, las cuales suben de tono cuando Curro finiquita a su enemigo de cinco pinchazos y estocada. Al quinto le toreó muy bien a la verónica, propinándole el toro a cambio un varetazo en la boca al colársele con peligro. No amilanó esto al diestro de Camas, que con la franela realiza una faena variada y artística con profusión de pases sobre la mano diestra, entre jaleo de ovaciones, olés y música. El toro tenía el defecto de quedarse muy corto y no humillar, pero Curro Romero supo atemperar las condiciones de su enemigo al manejo de su artística franela y realizó una labor plena de garbo, duende y gracia y hasta llevó a efecto un valeroso desplante de rodillas. Ni que decir tiene que el público se entregó al excelente artista y cuando mató de estocada y descabello, paseó por el ruedo la oreja tan artísticamente conquistada.
Y El Cordobés, Manuel Benítez, ha formado uno de sus clásicos alborotos. Con el capote ha enardecido a las masas y con la franela ha realizado dos faenas de auténtico clamor. Su primero fue un toro abanto, con tendencia a la huida y que tomó una sola vara, tras la que quitó apretadamente por chicuelinas que se jalearon. Su trasteo muleteril lo inició con unos ayudados de quietud marmórea en los que aguantó de veras en cuatro ocasiones sin mover un solo músculo. Después, aquello fue el disloque. Atornilladas las zapatillas en la arena, toreó sobre una y otra mano de forma imponente, entre el griterío constante de la multitud que enronquecía aclamándole. Seguro y firme, valiente y torero, El Cordobés toreó cómo y cuánto le vino en gana, cuajando una faena de portento. Una estocada con refrendo de descabello, pusieron en sus manos las dos orejas y el rabo de su enemigo, dando aclamada vuelta a la candente. Volvió a estar cumbre en el que cerró plaza, pese a que el toro llegó al trance final tardeando mucho, aplomado y un tanto con la cara alta. Manolo se arrimó de veras y toreó por derechazos, naturales, de pecho y otros por alto y de rodillas que enloquecieron a las gentes. El diestro, a fuerza de porfiar, de exponer lo indecible, había logrado sacar partido a un toro del que nadie esperaba grandes cosas. Mató de pinchazo, estocada de la que salió prendido y con la taleguilla rota y dos golpes de cruceta y nuevamente recorrió el ruedo en triunfo, siendo portador de las orejas tan brava y gallardamente conquistadas.
Los toros del marqués de Domecq dieron el juego que queda reflejado en este comentario. Y nada más, aquí cerramos los comentarios que les hemos ofrecido de las corridas de toros de estas famosas ferias y fiestas de San Juan. Hasta mañana a esta misma hora, Curro fetén, servidor, les desea muy buenas noches a todos.-