Zaragoza, Feria del Pilar 12, 13 y 14-10-1966

 La corrida ha terminado con una clamorosa ovación que el público, puesto en pie, tributaba a los tres espadas que a lo largo de la jornada habían dado al aficionado una extraordinaria tarde de toros.  (14-10-66)

 

 

 

Día 12 de octubre de 1966
 
6 Toros del Marqués De Villalta
- Jaime Ostos
- Fermín Murillo
- José Manuel Inchausti “Tinín”
 
DESLUCIDOS EJEMPLARES DEL MARQUES DE VILLALTA.
 
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Zaragoza, primera de sus fiestas del Pilar, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes. 12-10-66
 
Conforme se iba desarrollando la corrida de esta tarde, parecía que estábamos asistiendo a un festival de toros inválidos. Los del Marqués de Villamarta han compuesto un  saldo de deslucidos ejemplares que han hecho imposible el lucimiento de los espadas alternantes, Jaime Ostos, Fermín Murillo y José Manuel Incháusti Tinin. 
 
Las reses del ganadero sevillano, faltas de fuerza, doblaron de manos y se derrumbaron al menor esfuerza, quedándose cortas por su falta de fuerza y defendiéndose. Toros deslucidos que hicieron que el público, en el quinto toro, cansado de tanto y tanto inválido, formó una gran bronca con almohadillas al ruedo, pues el toro estaba cojo a más no poder. En su lugar saltó a la arena el sobrero de doña Ana Romero de Carrasco, que dio mal juego. De los del Marqués, el único toro que no dobló de manos, fue el corrido en sexto lugar, pero por el contrario fue un toro de acusado genio y sentido. Un toro peligrosísimo que cortaba por ambos pitones y se quedaba bajo los engaños con ganas de coger. Un regalito.
 
Jaime Ostos tuvo a su cargo la nota más torera de la jornada al lancear a la verónica de forma insuperable al que abrió plaza. Verónicas de temple y cargazón extraordinario que fueron como un rayo de luz en la tarde torera. Toreó con garbo y temple por chicuelinas y cuando llevó por iguales lances galleados a la res al caballo, escuchó nueva y sonora ovación. Pero el toro, que tomó una sola vara, cayó como fulminado en el único picotazo que le administraron y aunque el astigitano lo torea con mimo y suavidad sobre ambas manos, la cosa no tiene lucimiento mayor. Lo mata de estocada y descabello y se pita al del marqués en el arrastre en tanto que se abronca a la presidencia por no haber mandado retirar al toro. El cuarto sale echando las manos por delante repetidamente y se forma de nuevo la bronca a la presidencia. La faena de Jaime está compuesta de templados y suaves muletazos en los que lleva con mimo exquisito a su enemigo, al que logra mantener en pié por puro milagro. Lo mata de superior estocada y se le aplaudió en tanto que una nueva bronca al usía y se ovaciona en broma el arrastre del toro. 
 
Otro tanto cabe decir de Fermín Murillo. Un lote sin fuerza, falto de la mínima condición para la lidia y contra el que todos sus buenos deseos de lucimiento se estrellaron. Toreó Fermín con suavidad por ambas manos entre ovaciones. Mató al segundo de la tarde de pinchazo hondo, estocada y descabello y fue aplaudido. Al quinto lo finiquitó de pinchazo, estocada y tres golpes de cruceta, siendo también aplaudido y su enemigo pitado en el arrastre. 
 
Tampoco Tinín ha tenido suerte pues la corrida ha salido en cuanto a fuerza, muy pareja. Su primero de salida saltó al callejón y cuando regresó al ruedo, embistió al capote de Tinín venciéndose por el pitón derecho. A la muleta llegó acusando blandura de manos, echando la cara al suelo y escarbando. Tinín, entre caída y caída de la res, le porfía valerosamente con la mano izquierda, cuajando algunos naturales muy templados. Pero no hay nada que hacer, pues el toro termina en quedarse debajo y buscar. Lo mata de pinchazo y media, pero el puntillero lo levanta y tiene que hacer uso del verduguillo en dos ocasiones. Fue aplaudido y al toro, lo mismo que a sus hermanos, pitos. El que cierra plaza es un pájaro. Se impone faena breve y poderosa, salvando caladas y hachazos. Tinin lo pasaporta con brevedad de una estocada desprendida. Una pena que el mal juego del ganado haya deslucido así el festejo. Mañana será otro día. 
Y nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea a todos muy buenas noches.-
 
 
Día 13 de octubre de 1966
 
6 Toros de Sánchez Rico
- Jaime Ostos
- Manuel Benítez “El Cordobés”
- José Manuel Inchausti “Tinín”
 

PRIMER CARTEL DE “NO HAY BILLETES” EN ESTA FERIA DEL PILAR.

Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Zaragoza, segunda de su feria del Pilar, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes. 13-10-66

     Primer cartel de no hay billetes. Cosa natural si se mira que en esta segunda corrida actuaban Jaime Ostos, Manuel Benítez El Cordobés y José Manuel Inchausti “Tinin” con reses del prestigioso ganadero salmantino Sánchez Rico. Ambiente extraordinario y tiempo espléndido que ayudó con su bondad a la efeméride torera.

     Del encierro salmantino hubo de ser sustituido un toro por resultar herido en los corrales y en su lugar – el primero- saltó a la arena otro de Montalvo. Todos los Sánchez Rico estuvieron muy bien presentados y dieron el juego que quedará reflejado en este comentario.

     Jaime Ostos, que acaba hoy su temporada en España, no ha tenido suerte en esta feria del Pilar. Hoy tampoco su lote ha sido propicio para el éxito. Su primero salió con la cara alta y huido de los capotes. Es un toro manso que sale suelto del caballo y llegó a la muleta tirando unos tornillazos de miedo. Pero por algo el torero de Écija es calificado como Corazón de León y se midió con su difícil enemigo en verónicas de saludo y en una valerosa y emotiva labor muletera que fue amenizada por la música. Jaime, haciendo gala de su hombría y pundonor, se fajó materialmente con su enemigo en series de pases sobre la diestra y al natural, a los que ponía remate con apretados y sentidos pectorales. Aguantó una barbaridad el astigitano, que aparte de su reconocido valor, puso a contribución para el éxito su torería autentica y un toreo mandón y templado ante un toro que no quería saber nada de temple ni dominio, en su aquerenciarse en las tablas y defenderse con peligro. Faena de orejas que quedó en triunfal vuelta al ruedo al precisar de cinco golpes de verduguillo tras la media estocada que suministró con guapeza. Al cuarto, lo toreó muy bien a la verónica. Suaves lances, templados, con excelente juego de brazos que levantaron un alboroto. Pero el toro llegó a la muleta con nula fuerza, doblando las manos y manteniéndose en pie difícilmente, pese a que solo le suministraron dos varas. Ostos lo torea con suavidad y mino por derechazos y naturales de muy buen corte y lo mata superiormente de una entera que deja cesante al puntillero. Una gran ovación premia la labor de Jaime, que cierra así su brillante temporada.

     El Cordobés formó en su segundo de la tarde una de sus acostumbradas escandaleras triunfales. Sus lances de saludo encendieron los primeros run-run en los tendidos y al quitar por apretadas chicuelinas, los oles formaron clamor. Una sola vara tomó el de Sánchez Rico y el toro se fue para arriba acusando su casta y temperamento. Y con este toro Manolo formó la que no está en los escritos, o como dice él: La mundial! Tres dobladas imponentes rodilla en tierra, tres colosales muletazos en los que doblegó a su enemigo castigándole y ahormándole. Y conseguido esto, el disloque. Derechazos de largo trazado, naturales y de pecho en ese dificilísimo terreno que él pisa. Faena de zapatillas atornilladas en la arena, de asustantes apreturas y de emoción honda e intensa. El toro embestía con fuerza, con brío, con casta y el torero le aguantaba lo indecible, lo metía en su muleta y lo llevaba y traía con un mando y un dominio extraordinario. Ya la plaza era un manicomio de ovaciones y oles cuando recurrió el de Palma del Río a sus geniales alardes de valor, esos muletazos de rodillas en los que expuso más. Puso corazón y vibración y el público se le entregó sin reservas a la personalidad arrolladora y el valor espartano de este IV califa torero. Está El Cordobés como si empezase la temporada. Pero mata de media estocada que produce vómito y ello hace que se le otorgue únicamente una oreja, dando apasionada vuelta al ruedo entre las ovaciones de sus incondicionales y los pitos de los “antis”. El quinto de salida echó las manos por delante. Tomó una vara hincando acto seguido los pitones en el suelo y dando una completa vuelta de campana. A la muleta llega embistiendo con la cara alta y atropellando. Tras realizar una breve faena lo pasaporta de una estocada y esta vez los “antis” y los que no lo son se despacharon a gusto.

     José Manuel Inchausti “Tinin” ha alcanzado un gran éxito en el primero de su lote, al que le ha cortado las dos orejas tras torearle de forma imponente con aporte y muleta. Está Tinin con un pie en el avión para marchar a su primera campaña americana y el muchacho deja al lado toda prudencia y se emplea como si diera comienzo la temporada y estuviera haciendo méritos para situarse. Soberbio en las verónicas de saludo, de compás abierto y amplio mando que se jalean con fuerza. El toro toma una sola vara a petición del diestro madrileño y en ella derriba con aparato lesionando al varilarguero Antonio Salcedo, que tras cambiarse el tercio, hubo de ser conducido a la enfermería, donde se le apreció una contusión con hematoma en el tercio superior cara interna del muslo derecho, con probable fractura de pelvis, que fue calificada como de pronóstico reservado. Con este toro José Manuel estuvo en plan torero poderoso, dominador y artista y realizó una espléndida labor muletera. Una faena compuesta por pases largos, limpios, sentidos, en los que toreó de forma colosal sobre ambas manos haciendo gala de un arte y un sentido torero muy de estimar. La gran labor de Tinin llegó con fuerza a los tendidos, por ello, cuando mató de un pinchazo y estocada, le fueron otorgadas las dos orejas con cuyos trofeos dio aclamada vuelta al ruedo. Al sexto lo vuelve a torear muy buen a la verónica entre el jalear de las gentes. Con bravura y codicia toma el de Sánchez Rico dos varas. El toro llega a la muleta con la cara alta y tardeando. Porfía Tinín valerosamente y a fuerza de insistir, logra derechazos y naturales que se acogen con ovaciones y cuando lo despacha de un pinchazo y media, es despedido con fuertes aplausos.

     Y nada más, hasta mañana a esta misma hora en que estaremos de nuevo con ustedes desde Zaragoza, Curro Fetén, servidor, les desea a todos muy buenas noches.-

 

Día 14 de octubre de 1966
 
6 Toros de Vicente Charro de Murga
- Antonio Chenel “Antoñete”
- José Fuentes
- José Manuel Inchausti “Tinín”

 

ANTOÑETE, JOSÉ FUENTES Y TININ NOS DIERON UNA EXTRAORDINARIA TARDE DE TOROS

Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Zaragoza, tercera de su feria del Pilar, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes.- 14-10-66

     La corrida de esta tarde ha terminado con una clamorosa ovación que el público puesto en pie tributaba a los tres espadas que a lo largo de la jornada habían dado al aficionado una extraordinaria tarde de toros. Antonio Chenel “Antoñete”, José Fuentes y José Manuel Inchausti Tinin, hubieron de corresponder destocados a la gran ovación que el público les tributaba. Y es que la verdad, cada uno en su estilo, dentro y por encima de la medida que les habían deparado sus lotes, habían estado en plan de toreros cabales.

     Del encierro de Vicente Charro de Murga hubieron de ser desechados dos toros y en su lugar se sortearon otros tantos de doña Ana Romero, los cuales se lidiaron en cuarto y sexto lugar. Todos estuvieron muy bien presentados y dieron el juego que quedará reflejado en nuestro comentario. Al tercer toro de Vicente Charro de Murga se le premió con la vuelta al ruedo.

     Que Antoñete es un artista extraordinario no es algo que vayamos a descubrir nosotros ahora, pero si alguno dudase de ello ahí ha quedado su magnífica faena al primero de la tarde. Con su innata elegancia, con su bello estilo, el diestro madrileño ha toreado de forma insuperable a la verónica y con la franela ha compuesto una bella faena en la que la suave ejecución de los muletazos, el temple y el arte que supo imprimirles, cautivaron a todos. Era admirable como llevaba a su enemigo toreado en derechazos de gran calidad. Pases en los que templó de forma magistral y a los que puso ese sello de suprema calidad que tiene su toreo. Las ovaciones sonaban tan fuerte que ahogaban la música que sonaba en su honor desde los primeros muletazos. Pero la cumbre de su obra torera quedó marcada en unos naturales portentosos de dominio y temple de suprema calidad. Naturales largos, perfectamente iniciados y mejor rematados. Naturales ligados con perfectos pectorales que enardecieron a las gentes. Hubo adornos garbosos y toreros y hasta alardes de valor de unos molinetes de rodillas y otros pases por alto de gran ajuste. Cómo sería su faena, qué calidad y pureza, que pese a salir indiscreta la punta del acero en la primera estocada y con otra que mató sin puntilla, se le otorgó la oreja de su enemigo con cuyo galardón dio aclamada vuelta al ruedo. El cuarto toro salta de salida al callejón y tras tomar tres varas, llegó a la muleta falto de fuerzas, quedándose corto y doblando de manos. No pasaba el toro, que hizo una lidia a la defensiva. Antoñete hizo lo que cabía hacer con tal res, faena de aliño, justa y medida y lo mató de estocada y descabello a la primera. No gustó la cosa a aquellos que no quieren ver las pésimas condiciones de la res y se manifestaron injustamente en contra del fino artista.

     José Fuentes ha triunfado en esta su primera corrida en esta importante y dura feria. De su capote han surgido prodigios de temple y armonía con unas verónicas plenas de donaire y autenticidad y en un quite por chicuelinas superlentas que han entusiasmado muy justificadamente. Poca fuerza tuvo su primero que tomó dos varas y dobló las manos. Llegó a la muleta con buen son. José lo metió en ella con unos suaves doblados para, ya entre música y oles, torear muy bien sobre la diestra y al natural, cerrando las series con apretados pectorales y abaniqueos finales, todo ello haciendo gala de su espléndido estilo torero, del temple admirable de su muleta y del juego magnífico de su muñeca. Mató de dos pinchazos, estocada y descabello y hubo vuelta triunfal al ruedo para el de Linares. Pero donde alcanzó un triunfo clamoroso fue en el quinto de la tarde, un toro que tomó una sola vara a petición del espada. El espigado artista, como una aguja de seda y oro clavada en el ruedo, bordó el toreo. El toreo puro, toreo de verdad, sencilla y difícilmente magistral. Toreo de suprema naturalidad, de pases largos, perfectos, pausados y rítmicos. Los derechazos fueron cosa definitiva y si es el toreo al natural, para que contarles. Se veía correr milímetro a milímetro la franela y tras ella, a dos dedos, los pitones del toro, que templadamente embebido en ella, iba y venía por caminos de torería autentica, que iban a desembocar en forzados de pecho de pitón a rabo.  Un primor de faena, un monumento al buen gusto, a la verdad y a la pureza del toreo. Mató de pinchazo y gran estocada sin puntilla y hubo dos orejas y fuerte petición de rabo como premio a tan extraordinaria labor. Y aún hubo de recorrer por dos veces el ruedo entre manifestaciones de entusiasmo. Una gran tarde de José Fuentes.

     Y el otro triunfador grande de la jornada es Tinín. Un Tinín que está insuperable de arrogancia, maestría y arte con su primer toro. Un Tinín que torea maravillosamente con el capote a la verónica y que cuaja una faena de escándalo. Había tenido que saludar montera en mano Moreno de Córdoba por dos pares de banderillas, especialmente el primero que prendió, cuando Tinín se dispuso a iniciar su gran obra torera. El muchacho de Madrid esta soberbio en su muletear templado y mandón. Su facilidad extraordinaria hace que el toro vaya largo, perfectamente toreado, en derechazos de gran calidad y belleza y naturales en los que no se puede templar más ni se puede poner mayor gusto que él ha puesto. Porque esta tarde, Tinín ha toreado para él, para su propio deleite y gozo, para que su nombre figure con letras de oro en los anales del coso maño. Faena de pases largos, enormes, en los que marcaba la pauta de su torería sin mácula, de su valor y de su valer de figura auténtica del toreo. Una faena variada, medida y justa, perfecta de principio a fin. Una faena que le hace figurar entre los mejores muleteros del momento, de las que encumbran a un torero. Por ello, cuando rodó a sus pies el del campo charro de una soberbia estocada, se le otorgaron las dos orejas y el rabo en medio del clamor general, dando dos triunfales vueltas al ruedo entre el clamor admirativo de los aficionados. El sexto, de doña Ana Romero, toma dos varas y llega a la muleta quedándose corto y tardeando. Tinín está soberbio de entrega, porfiando valerosamente contra la deslucida condición de su enemigo, que toma el engaño con la cara alta. Faena de veinte o veinticinco muletazos sacados a contra pelo, en la que hace gala de sus deseos y buena disposición de ánimo. Lo mata de media y descabello y se le premia con una gran ovación al abandonar el ruedo.

     Y nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea a todos, muy buenas noches.-