Sevilla Feria de Abril 1970

Palomo Linares estaba en deuda con la afición sevillana  bien puede presumir el de Linares que hoy las cuentas no solo están saldadas sino que arrojan un balance a su favor muy estimable.

OREJA PARA EMILIO OLIVA. “EL PAQUIRO” DIO DOS VUELTAS CON PETICIÓN. 10-4-70
Se inician las tradicionales corridas de la Feria de Sevilla, en esta fecha del tricentenario, con una corrida de Torrestrella, en la que actúan Emilio Oliva, Adolfo Ávila “El Paquiro” y Antonio Barea, con el aditamento del caballero rejoneador Sr. Conde de San Remy, que lidió un bravo y noble ejemplar de don Alfonso Sánchez Fabrés, con el que estuvo nada más que regular, pasaportando al toro el sobresaliente de turno, después de varios envites.  Los toros de Torrestrella, con acusado genio y feo estilo, no se prestaron a grandes cosas.
Emilio Oliva estuvo valentísimo en el primero de los suyos. Tras emotiva faena rematada de dos ataques con el acero, fue premiado con una oreja y la consiguiente vuelta al ruedo. En el cuarto de lidia normal, un toro que se puso a la defensiva, lo finiquitó de media y descabello y fue aplaudido. 
“El Paquiro” con un lote de mansos y peligrosos enemigos, dio la nota de valor y entrega. Jugándose el todo por el todo, el diestro de Chiclana puso de manifiesto su derecho a figurar entre los mejores. Su lote fue lo peor del encierro jerezano, pero él a fuerza de exponer, de jugarse la piel en cada momento, hizo que el difícil público sevillano se le entregase sin reservas incluso que la música y las ovaciones sonasen fuertes en su honor. Este muchacho puesto y dispuesto ante toros de muy difícil condición, dejó de manifiesto que viene a lograr un puesto entre los principales de la torería. Expuso lo indecible ante sus dos toros, pisó firme y sereno y cuajó sendos trasteos en los que puso al público con el corazón en un puño. Mató a su primero de estocada y descabello y al quinto, el peor del encierro, le realizó una emotiva faena que al ser rematada de pinchazo y colosal estocada, se premió con petición de oreja y vuelta triunfal. Con toros que medio le embistan, “El Paquiro” dejará constancia de su calidad y sobrado valor. 
Antonio Barea se limitó a cumplir, siendo silenciada su actuación en el tercero y fue aplaudido en el que cerró plaza.-
OREJA PARA MARQUEZ. UNA BUEYADA DE AÚPA. LA SEGUNDA DE LA FERIA SEVILLANA 11-4-70
La segunda de la Feria sevillana se ha visto deslucida por el mal juego que han dado los toros del hierro de Camacho. Mansos, cobardes y sin el mínimo de acometividad, el encierro del ganadero gaditano ha hecho del todo imposible el lucimiento de los espadas. Con toros que no embisten, que no andan siquiera, el toreo es imposible. Sólo hubo uno, el quinto, que sin ser un dechado de bravura, al menos embistió algo. 
Ángel Teruel luchó contra la mansedumbre y sosería de su lote. Dos toros de nula acometividad que no embestían ni a la de tres. Con tales reses ni el que inventó el toreo puede lograr nada de lucimiento. Pero como Teruel es torero de cabeza, de los que saben torear, aprovechó las primeras acometidas del que abrió plaza para torearle muy bien a la verónica y se hizo ovacionar con fuerza al llevar a su enemigo al caballo con unos finos lances por delante que dejaron constancia de su calidad torera. Después, con la franela, tuvo que porfiar una y otra vez ante los dos marmolillos que le tocaron en suerte. Pero cuando los toros no embisten, acobardados, no se puede hacer nada. Con la espada se mostró breve. Mala suerte.
Miguel Márquez porfió tesoneramente con el primero de los suyos, un manso y deslucido animal que no quería pelea. Como quiera que por defenderse el toro, tardara en matar, escuchó un aviso. En el quinto, el menos manso del encierro, estuvo decidido y valiente, luciéndose al torear a la verónica y al ejecutar una meritoria labor muletera que se subrayó con olés y el acompañamiento de la música. La faena, con pases de todas las marcas, estuvo resaltada por la entrega del torero, que hizo gala de un valor desmedido. El toro, en su falta de celo, se le paró en varias ocasiones en mitad de la suerte, pero él supo aguantarlo y le logró completar los muletazos, lo que hizo que el público se entusiasmase con el malagueño. Mató de dos pinchazos, resultando cogido con aparato en el primero y una gran estocada y paseó en triunfo la oreja que le fuera otorgada. 
Dámaso González, que como Miguel Márquez, debutaba como matador de toros en la Maestranza, tuvo que pencar con otros dos mansos ilidiables. Os toros aplomados, cobardones, que no se empleaban en ningún momento. Porfió valerosamente en ambos, para intentar sacarles partido, pero ya se sabe que cuando uno no quiere, dos no pelean y esta vez, aunque peleó bravamente el de Albacete, los toros no quisieron pelear. Mató de sendas estocadas y fue ovacionado.-
PRIMER CARTEL DE NO HAY BILLETES EN LA TERCERA DE FERIA SEVILLANA. 12-4-70
Si, se puso el cartel de “No hay billetes”. Toreaba El Cordobés y al aficionado sevillano, nada importó que durante la mañana lloviera copiosamente y que la tarde amenazase lluvia. Toreaba El Cordobés y la plaza, como es norma, se llenó de bote en bote. Este fue el éxito inicial del diestro de Palma del Río, llenar la plaza. Después, lo demás no dependía de él o al menos, en parte. 
Su primero, mansurrón y sin clase, que se revolvía al revés, era un toro deslucido. Manolo se mostró valentísimo y con enormes deseos de agradar, fajándose con su enemigo de forma asombrosa en derechazos y naturales de gran exposición, llegando el toro en dos ocasiones a prenderle, aunque sin consecuencias. Más valiente si cabe que antes, El Cordobés volvía una y otra vez a la carga, peleando como un jabato con el manso y áspero animal. Ni que decir tiene que la música sonó en su honor y los oles y las ovaciones de los sevillanos jalonaron su trasteo. Mató de estocada y descabello y hubo fuerte petición de oreja. El quinto, protestado por su escaso trapío, no se prestaba tampoco a grandes cosas. Solicitó el diestro matar al sobrero, pero le fue denegado. Tras breve trasteo, lo pasaportó de estocada y fue ovacionado. 
Curro Romero, primer espada de la terna, tuvo el mejor lote del encierro de Núñez. Hizo cosas de gran calidad con capa y muleta en su primero, pero no estuvo afortunado con el pincho, perdiendo por ello un triunfo que ya tenía ganado con la franela. En el cuarto, unas pinceladas con la muleta y pare usted de contar. Con la espada, mal. Esta vez se enfadaron con el de Camas. 
Manuel Rodríguez, un nuevo matador de toros de Coria, estuvo valentísimo con sus dos toros, luciéndose al torear a la verónica y en un apretado quite por gaoneras al que cerró plaza. Con la franela, toreó valerosamente a sus dos enemigos, logrando tandas de pases sobre ambas manos que merecieron generales aplausos de la concurrencia. La espada de ambos le privó de cortar orejas, pero dio la vuelta al ruedo en los suyos. 
La corrida de Núñez, de desigual juego, peleó bien con los montados.-
VUELTA AL RUEDO PARA “PAQUIRRI”. DÁMASO GONZALEZ DEJA CONSTANCIA DE SU GRAN VALOR. 13-4-70
Cuarta de Feria. Siguen sin embestir los toros en esta feria sevillana. Ayer tampoco lo hicieron los de don Fermín Bohórquez, que constituyeron un encierro parejo en mansedumbre y refugiándose en una peligrosa y desesperante defensiva o con bronquedad. Solo hubo un toro, el cuarto, que correspondió a Curro Romero, que embistió con buen son.
Curro Romero no hizo nada de relieve en su primero. El toro se aplomó y el diestro no le pudo sacar partido. Lo mató de estocada y sonaron algunos pitos. En el cuarto, sus partidarios tuvieron ocasión de jalearle al desarrollar el sevillano una faena sobre la derecha en la que toreó con su habitual buen gusto. Realizó un gran quite a la verónica teniendo que saludar montera en mano. Mató de pinchazo y estocada y fue ovacionado.
El primero de Paquirri es un toro con acusado genio, que frenaba ante el capote y escarbaba una barbaridad. Con el percal el de Barbate se hizo ovacionar al torear a la verónica y por chicuelinas. Tras tres puyazos de Juan Mari, ovacionados, requirió las banderillas y prendió dos pares de poder a poder, para cerrar con uno al quiebro en los medios, que le valieron otras tantas ovaciones. Bronco y con peligro, tardeando, llegó el de Bohórquez a la franela, pero Paquirri estuvo con él tremendamente valiente y muy torero. El solo estar en la cara del toro bien valía un cortijo. Exponiendo una barbaridad, pisando firme y seguro, toreó sobre una y otra mano entre música y generales clamores. El toro se le quedaba en ocasiones en mitad de la suerte y le tiraba unos gañafones de miedo, pero el diestro le aguantó y se impuso en todo momento a su enemigo, al que mató de pinchazo y estocada, dando aclamada vuelta al ruedo. El quinto es otro manso y deslucido animal al que saludó con apretada larga de rodillas y excelentes verónicas, le banderilleó entre ovaciones y le realizó una meritoria faena ante un toro descompuesto, al que había que exponer mucho. No tuvo fortuna con el acero y se silenció su actuación. 
Dámaso González con un pésimo lote que llegaría aplomadísimo a la muleta, convenció al difícil público sevillano. Con el capote se hizo ovacionar en sus dos toros, especialmente en unas verónicas y dos medias de remate de antología y en un apretado quite por gaoneras. Sus dos trasteos muleteriles pusieron al aficionado en pie, pues el de Albacete pisó terrenos comprometidos para sacar a sus dos aplomados enemigos muletazos increíbles. Cruzándose con los dos mansos que le tocaron en suerte, a fuerza de pisarles su terreno, de entregarse, cuajó dos emotivos trasteos que merecieron música y ovaciones de la multitud. Mató a su primero de pinchazo y estocada y al sexto de otro buen espadazo, siendo ovacionado en ambos. Más valiente no se podía estar. Dámaso González aun sin cortar orejas ha convencido a todos y su nombre goza en Sevilla de alta cotización.-
OREJA PARA LIMEÑO Y PARADA. ANGEL TERUEL REALIZA LA FAENA DE MAS CALIDAD EN LO QUE VA DE FERIA. 14-4-70
Quinta de Feria. Gran entrada en la Maestranza. El cartel lo merecía. Toros de don Manuel Arranz, bien presentados pero blandeando de manos, que dieron diverso juego, para José Martínez “Limeño”, Ángel Teruel y José Luís Parada.
Limeño ha tenido una buena actuación en sus dos toros. Con capa y muleta el torero de Sanlúcar se ha hecho ovacionar fuerte y es que Limeño es un torero de reconocido oficio y arte. Verónicas espléndidas y dos trasteos de muleta plenos de gallardía y majeza en los que ambas manos han ejecutado el toreo entre música y oles del respetable. Mató a su primero de estocada caída y paseó en triunfo por el ruedo siendo portador de la oreja del de Arranz. Al cuarto, tras variada faena, lo mató de buena estocada y hubo petición y vuelta al ruedo. 
Indudablemente en Sevilla, como en tantas partes, se ha perdido el sentido de lo que es auténtico en el toreo. Decimos esto porque viendo lo que ha ocurrido hoy en la Maestranza con Ángel Teruel, no podemos pensar otra cosa. No es que en Sevilla no haya buenos aficionados, los hay. Lo que ocurre es que, como en todos los sitios, éstos son los menos y el público, la masa, los arrolla. Por ello creemos que han estado injustos esta tarde con Teruel, porque el madrileño ha toreado con un sentido torero, con tal calidad, hondura y autenticidad, que hasta los más legos en esta cuestión se tienen que dar cuenta de ello. Con el capote ha lanceado al segundo de la tarde de forma colosal. Verónicas templadísimas llevando superiormente embarcado a su enemigo, en las que ha dejado impresa su calidad torera. Después lo ha llevado al caballo con finos lances de delantal y lo ha banderilleado haciendo gala de su habitual maestría, dominio y poderío en tan alegre y vistosa suerte. Ha sido una pena que el toro se le viniese abajo, porque al madrileño se le veía con ganas, con grandes deseos de triunfo. Falta de fuerza, la res le frena en mitad de la suerte y le busca con ganas de herir. No hay nada que hacer y Teruel lo pasaporta de media y es ovacionado. En el quinto, al que también toreó excelentemente con el capote, le hizo la faena de la tarde. Una labor muletera compuesta de pases templadísimos, suaves y toreros, que para el aficionado fue un deleite. Adelantando la muleta, prendía en ella a su enemigo para llevarle con exquisito gusto, con asombroso temple, en tandas de redondos y naturales que cerraba con largos y hondos pases de pecho. La bella obra torera de Teruel, jaleada y acompañada por la música, tuvo el adecuado remate de una colosal estocada. Pero aunque se pidió la oreja, no se le otorgó y todo quedó en aclamada vuelta al ruedo. Con orejas o sin ellas, Ángel Teruel ha dejado constancia de su calidad torera. 
José Luís Parada, joven y prometedora figura del toreo, ha logrado un éxito resonante. Con el capote ha bordado el lance fundamental de la verónica en sus dos toros, aunque más nos haya gustado en el que cerró plaza al que le ha cuajado cuatro verónicas y media de remate, de muy fino estilo. Con la franela, en sus dos toros ha estado muy valiente y torero, realizando dos trasteos plenos de arrojo en los que ha hecho uso de un amplio y variado repertorio que ha entusiasmado a la concurrencia. Tiene este torero una juvenil figura y torea dentro de las normas clásicas, de ahí que nos haya gustado mucho. Si buena fue su primera faena, mejor resultó la segunda en la que ligó los muletazos de forma admirable, con sentido de atentico torero. Mató a su primero de estocada desprendida y le otorgaron una oreja con vuelta triunfal. Tras pasaportar al que cerró plaza, que hizo una brava pelea en los montados, hubo petición de oreja y los entusiastas le pasearon en hombros por el ruedo. Si, éste José Luís Parada puede poner el stop a muchos que presumen de figuras.-
PESE A LA TELEVISIÓN SE PUSO EL CARTEL DE NO HAY BILLETES. DURO ENCIERRO DE URQUIJO 15-4-70
La indudable fuerza taquillera del El Cordobés se vio reflejada en que pese a televisarse la corrida, las taquillas de la plaza luciesen el codiciado cartel de no hay billetes.
Animación extraordinaria para presenciar esta sexta corrida de la Feria sevillana. El cartel, integrado por seis toros de Urquijo, grandes y bien presentados y los nombres toreros de Diego Puerta, Manuel Benítez El Cordobés y el nuevo matador José Luis Parada, hicieron que el aficionado sevillano acudiese a la plaza hasta abarrotarla materialmente. Totalmente agotadas las localidades, pasillos y accesos acogían a muchos aficionados deseosos de ver en directo el prometedor festejo. 
Pero como suele ocurrir, desgraciadamente en todo acontecimiento tan esperado, la corrida no tuvo la presumida brillantez por mor del feo estilo y mal juego de los toros de don Carlos Urquijo, que aunque mandó un encierro con cuajo, edad y trapío, no se prestaron al éxito de los espadas, aunque hubo dos toros, tercero y sexto, que se dejaron torear.
Diego Puerta, ovacionado al torear de capa a sus dos toros y en un precioso quite por chicuelinas al tercero con el que se fajó materialmente, estuvo a punto de sufrir una cornada al prenderle su primero por la corva derecha, al frenarle la res y revolvérsele en un palmo cuando intentaba pasarla al natural. Intentó sacarle partido sobre la derecha, pero el toro, que embestía con la cara alta, salía de los muletazos perdiendo el objeto y quedando parado. Mató de dos pinchazos y fue aplaudido en tanto que su enemigo era pitado. No fue mejor el cuarto, que se ceñía mucho y rebañaba en su corta acometida. Muleteó porfión sobre la derecha y cuando se deshizo de su enemigo de pinchazo, estocada y descabello, fue aplaudido. 
El Cordobés aguantó valerosamente las cuatro o cinco embestidas primeras del segundo de la tarde, un toro con acusado genio que parecía que se lo iba a comer. Pero supo imponerse y le ovacionaron en unas verónicas de buen corte. A la muleta llegó el de Urquijo sosote y sin clase  aunque el de Palma de Río lo pasó valerosamente sobre una y otra mano sin que acabase de caldearse el ambiente por la sosería desesperante del bicho. Mató de estocada y descabello y fue aplaudido. Tampoco pudo realizar la faena que sus muchos partidarios esperaban que llevase a efecto en el quinto de la tarde, lo que dio ocasión a los antis a despacharse a gusto, pese a que el espada se mostró valiente al torear por derechazos y naturales aguantando tarascadas. Mató de una excelente estocada y certero descabello y los antis se pusieron las botas, aunque sus partidarios le aplaudieran. Así es la Fiesta y desgraciado el torero que no despierte pasiones. Con un lote duro, El Cordobés ha estado siempre dueño de la situación.
José Luís Parada ha estado a punto de cortar la oreja de sus dos enemigos y solo el mal tino con el acero le ha privado de cortar trofeos. Es verdad que su lote ha sido el mejor del encierro, como también lo es que, con toros buenos es como se descubren los toreros malos. Parada ha estado muy bien en ambos. Von el capote ha toreado espléndidamente a la verónica y ha hecho al tercero un quite por chicuelinas en las que ha dejado ver su garbo y gracia andaluza. Reposado y con excelente arte ha estado con la muleta, con la que ha llevado a cabo dos trasteos plenos de hondura y verdad. Ligando mucho, rematando limpiamente los pases, con sentido y buen gusto, José Luis Parada ha hecho que las ovaciones y los olés más fuertes de la tarde fuesen para él. Lástima que las dos musicadas faenas no tuvieran el adecuado remate con la espada. Fue aplaudido en su primero, al que mató de dos pinchazos, media y tres intentos de descabello y obtuvo petición de oreja y vuelta al ruedo al pasaportar al que cerró plaza de dos pinchazos y una buena estocada.-
 
 
GRAN ÉXITO DE “PAQUIRRI” QUE FUE OREJEADO. LA SEXTA DE LA FERIA DE SEVILLA 16-4-70
Otra gran entrada en la Real Maestranza. Rechazado en el reconocimiento el encierro de los herederos de don Carlos Núñez, la Empresa que rige don Diodoro Canorea hubo de buscar y encontrar con su habitual diligencia, otra corrida.  Fue ésta del hierro de don Salvador Guardiola Fantoni, reses bien presentadas y con cuajo, que solo tuvieron la pega de su sosería, aunque en verdad no ofreciesen grave peligro para las gentes de coleta y cumplieron bien con los montados. 
El triunfador de la tarde fue el gaditano Francisco Rivera “Paquirri”, que tuvo una actuación auténticamente triunfal en sus dos toros. Tanto con el capote, banderillas y muleta, el diestro de Barbate dio todo un curso de entusiasmo, entrega y arte. Sus verónicas de perfecto juego de brazos, sus chicuelinas garbosas y torerísimas, fueron acogidas con las mayores muestras de complacencia por parte de los aficionados. Al cuarto lo saludó con dos apretadas largas de rodillas y un ramillete de verónicas del mejor estilo, que levantaron al público de sus asientos. Hábil y fácil banderillero, puso dos pares de poder a poder en cada uno de su lote y dos al quiebro, como cierre de tercio, enormes. Pero lo mejor que hizo con los palitroques, fue sin lugar a dudas, el par al quiebro de las cortas, tras valerosa y hábil preparación. Un par de banderillas de esos que pasan a la historia y que le valió la más resonante ovación de lo que va de feria. Con la franelea llevó a cabo sendos trasteos en los que hizo gala de un maduro oficio y un arte extraordinario, parejo a su valor. Desde las dobladas iniciales, hasta los redondos y naturales, con remate de los de pecho, todo estuvo marcado por el sello de la entrega y del arte más depurado. Expuso mucho y toreó mejor y el aficionado se le entregó sin reservas. Cortó la oreja del que abrió plaza, tras matarlo de pinchazo y estocada y hubo petición y vuelta triunfal en el cuarto, al que mató de dos pinchazos y estocada. Al final del festejo, “Paquirri” fue despedido con una gran ovación. 
El lote de Miguel Márquez fue soso y embistió con la cara alta. El Malagueño toreó bien a la verónica a sus dos enemigos y realizó en su primero una excelente faena, en la que con buen pulso torero, se pasó a su enemigo por la faja en tandas de derechazos y naturales que, al ser rematadas con los clásicos pases de pecho, se premiaban con fuertes ovaciones. Hubo también adornos valerosos, como molinetes de rodillas y otros muletazos tan vistosas como toreros, pero la espada en dos pinchazos y media estocada, dejó el premio en una gran ovación con saludos. El quinto no se prestaba al lucimiento, pero Miguel muleteó valerosamente, aguantando coladas, sobre ambas manos en un derroche de valor que el público supo agradecer con sus aplausos cuando remató de una buena estocada. 
Rafael Torres es un torero garboso y pinturero de la más pura escuela sevillana y por ello llega al público con facilidad. Sus verónicas fueron acogidas con aplausos, pero su primero embestía con la cara alta y tenía media arrancada, lo que deslucía la labor del joven maestro que, pese a ello, tuvo momentos muy felices al muletear sobre la derecha. Mató de cuatro pinchazos y estocada y se silenció el acto. Al que cerró plaza, lo toreó con mucha sal con el capote y sus verónicas y chicuelinas le valieron oles y ovación final. La faena, fina y de elegante estilo, tuvo  su mejor desarrollo en tandas de pases sobre la diestra, reveladoras de un interesante torero. Un pinchazo y media acabaron con el de Guardiola y con el festejo con una gran ovación.-
 
DOS OREJAS A PALOMO LINARES QUE SALE EN HOMBROS. OREJA A DIEGO PUERTA. 17-4-70
La octava de Feria sevillana. Se ha llenado hasta la bandera  esta corrida de feria en la que con reses de Benítez Cubero, bien presentadas pero que dieron mal juego, salvo los toros primero y tercero, han actuado Victoriano valencia, Diego Puerta y Sebastián “Palomo Linares".
El fino arte y elegante estilo de Victoriano Valencia ha quedado de manifiesto a lo largo de la lidia de su primero, al que ha toreado muy bien a la verónica y le ha hecho un quite por “victorinas” que le ha salido bordado, valiéndole una clamorosa ovación del respetable. La labor muletera de Victoriano en este toro, ha estado marcada por el signo de la calidad, tanto al torear sobre la diestra como al ligar unos naturales excelentes. Fue una lástima que la faena no tuviera el adecuado remate con el acero, pues al matar de cinco pinchazos y estocada, dio lugar a que sonase un aviso y quedase el premio en aplausos para su labor. El cuarto, tras unos muletazos del madrileño sentado en el estribo y otros por alto, se puso a la defensiva y no le pudo sacar partido. Mató de dos pinchazos y metisaca y escuchó algunos pitos.
Diego Puerta no ha tenido suerte con los toros que le han tocado en esta feria. Como con los Urquijos, esta tarde han sido para él los dos peores del encierro, dos toros broncos y sin clase, con los que ha expuesto mucho llevado de su deseo de agradar. Con el capote ha estado lucidísimo al torear a la verónica a sus dos toros, destacando cinco verónicas y media de remate en el quinto que fueron un prodigio de temple y arte. También en el tercero de la tarde se ganó una clamorosa ovación al quitar por garbosas y toreras chicuelinas. En su primero, un manso que se quiso quitar el palo y llegó a la muleta con corta arrancada y derrotando alto, estuvo valiente y decidido, a prueba de coladas y cuando mató de media se le premió con una gran ovación. El quinto es otro manso que llega a la muleta embistiendo con aspereza y con la cara en las nubes. Está el sevillano tremendamente valiente en una dramática faena, desarrollada sobre ambas manos, que encuentra el adecuado eco de las ovaciones y los oles y cuando mata de una extraordinaria estocada, se le otorga merecidamente la oreja, con cuyo trofeo da triunfal vuelta al ruedo. 
Palomo Linares estaba en deuda con la afición sevillana por mor del incidente ocurrido la pasada feria y bien puede presumir el de Linares que hoy las cuentas no solo están saldadas sino que arrojan un balance a su favor muy estimable. A su primero lo saludó con unos bonitos lances a la verónica y le cuajó un quite con el capote a la espalda que puso al público en pie. Después con la muleta, una faena vibrante y torerísima a la que dio inicio con cinco muletazos de rodillas andándole a su enemigo, con el que se salió hasta los medios provocando un alboroto. Ya de pie, dio todo un curso de bien torear por redondos y naturales muy ligados que cerraba con los forzados de pecho de pitón a rabo y otros muletazos muy toreros que entusiasmaron muy justificadamente. Toreó Palomo con temple y mando indudable y por ello el difícil público sevillano se le entregó sin reservas. Cuadró el toro y tras un buen pinchazo se colgó materialmente de un pitón para cobrar una gran estocada que fulminó a su enemigo. La plaza se cubrió de pañuelos y en medio de un clamor unánime, se le otorgaron las dos orejas que paseó por el dorado albero maestrante en medio de grandes ovaciones. El que cierra plaza, al que lanceó muy bien, llegó a la muleta con feo estilo, poniéndose con peligro por ambos pitones, por lo que, tras intentar pasarlo sobre una y otra mano, le realizó una faena de torero de aliño rematada de estocada y dos intentos de descabello. Unos entusiastas le cogieron en hombros y le pasearon por el ruedo, saliendo así de la plaza.-
 
 
OREJA PARA JOSE FUENTES Y VUELTA CON PETICION A RUIZ MIGUEL. LA NOVENA DE SEVILLA. 19-4-70
Otra buena entrada en la Real Maestranza, en donde se lidió un toro de don Fermín Bohórquez, por el caballero rejoneador de igual nombre, el cual cortó una oreja al bravo ejemplar de la vacada paterna. En lidia normal, se corrieron cuatro toros de don Salvador Guardiola y dos de los señores Guardiola Domínguez, tercero y sexto, que dieron en su conjunto buen juego.
José Fuentes tuvo en primer lugar un toro de poca fuerza y sin clase al que toreó con su habitual buen oficio con capa y muleta y lo despachó con brevedad. Pero donde el hombre de Linares alcanzó un triunfo resonante, fue en la lidia del cuarto de la tarde, un toraco de impresionante arboladura al que le formó un verdadero alboroto con capa y muleta. Con sobriedad y excelente estilo torero, llevó a cabo una colosal faena en la que, si fueron buenos los pases instrumentados  sobre la diestra, los naturales lo superaron. La faena, pletórica de arte, tuvo ligazón y armonía suma y como además lo mató como un virtuoso de la suerte suprema, se le otorgó una oreja, premio que se nos antojó parco en relación a la brillantez de toda su torerísima labor. 
Beca Belmonte no ha tenido una tarde afortunada. Destellos de buen torero que no ha podido redondear, como sin duda era su deseo. Matando se ha mostrado breve. Otra vez será.
Ruiz Miguel ha estado hecho un jabato. Valentísimo en todo momento, se ha esforzado en torear apretadamente con el capote a sus dos toros, logrando verónicas y ajustados quites por gaoneras que han gustado mucho. Fue una pena que su primero, por efectos de un puyazo, quedase aplomadísimo, pues sangraba una barbaridad y se moría a chorros. El toro, bravo y noble, no dio mayor ocasión de lucimiento al muchacho que solo le pudo sacar unos muletazos antes de tener que matarlo, lo que logró de una estocada. El sexto, cornalón y astifino como todo el encierro, peleó bravamente con los montados y llegó con fuerza a la franela. Estuvo Ruiz Miguel en tono heroico, realizando una bizarra faena que entusiasmó al respetable e hizo que sonase la música en su honor. La labor muleteril del gaditano, valiente y variada, encontró el refrendo de los oles y las ovaciones más sostenidas que manaban de los tendidos. Y es que, cuando un torero se entrega como él lo ha hecho, el aficionado sabe reconocerlo y agradecerlo cumplidamente. Mató de estocada y descabello y hubo petición de oreja y vuelta triunfal al ruedo.-
LIMEÑO, PALOMO Y EL HENCHO SALIERON POR LA PUERTA DEL PRÍNCIPE. TODOS LOS TOROS DE MIURA, DESOREJADOS.
Décima y última de feria. Con llenazo de reventón, cartel de no hay billetes y abuso de reventa, se dio la tradicional corrida de Miura, que viene a cerrar con broche de oro la feria de abril de este año. El cartel era interesantísimo, puesto que al lado del triunfador eterno de la miurada, Limeño y a la presentación en Sevilla como matador de toros del cordobés Florencio Casado El Hencho, aparecía el de un torero que apasiona como pocos. Estamos mencionando a Sebastián Palomo Linares, del que muchos creían que no se iba a presentar ante la dura corrida y era el interés principal de ella. 
Los Miuras, grandes y bien presentados, pelearon regularmente con los montados y si nos apuran, hasta mansurronearon un poco, pero hubo cuatro toros, los cuatro primeros, que dieron excelente juego para los de a pie, cumpliendo los otros dos.
Decir Miura en Sevilla es como decir que en el cartel figura ese torero singularísimo, especialista en su lidia, que es José Martínez “Limeño”. El de Sanlúcar acostumbra a cortarle todos los años las orejas a los que le caen en suerte y es una garantía para el aficionado. Este año no ha querido ser menos y ha logrado otro gran éxito en sus dos toros, a los que ha toreado con capa y muleta con su habitual maestría, con su buen hacer y su poderío del que tanto se precisa para salir airoso del empeño. Y como con la espada se ha mostrado segurísimo –estocada por toro- le han otorgado con todo merecimiento las dos orejas de cada uno de su lote. Otro gran éxito de Limeño con Miuras que esperamos le sirva para lograr nuevos contratos, que merece por su valor y arte.
Sebastián Palomo Linares ha tenido el gesto, gran gesto en estos tiempos tan faltos de ellos, de venir a Sevilla a torear los Miuras, cuando por su cartel  buen crédito bien pudio haber escogido otra corrida más cómoda. Pero como queriendo dar un rotundo mentís a los que le tachan de torerito prefabricado, matador de becerros, ha querido presentarse en el coso del Baratillo con una corrida de la tan temida divisa, terror antaño y hogaño de muchos coletudos. Y su gesto se ha visto compensado con un éxito resonante que le ayudará para encumbrarse definitivamente. Con conocimientos del toreo, poniendo a contribución un valor sereno y seguro y una arte personalísimo, Palomo Linares ha convencido a la difícil afición sevillana, que junto a la llegada de toda España, formaban un tribunal exigente y justo al que era muy difícil darle gato por liebre. Triunfo pues, sin trampa ni cartón, porque ha llegado ante auténticos toros y del brazo de un toreo aún más auténtico, el que brota de la entrega y la inspiración de un muchacho que por sentirse figura, por creerse torero, ha estado dispuesto a demostrarlo. Ha sido el suyo un triunfo de un torero que dará mucho que hablar a los aficionados. Toreo auténtico con capa y muleta y como con la espada se ha mostrado decidido – estocada y descabello en uno y gran estocada en el otro- se le ha otorgado una oreja de cada uno de los miureños que ha pasaportado, entre fuerte petición de mayores lauros y grandes ovaciones. Tras pasear la oreja del quinto, invitó a sus compañeros de terna a compartir su éxito y dieron aclamada vuelta al ruedo.
Una gran sorpresa ha sido la presentación como matador de toros en Sevilla de Florencio Casado El Hencho. Veíamos por primera vez a este bravo torero y en verdad que nos ha causado una excelente impresión. No es fácil con el capote, pero con la franela en la mano, ya es otro cantar. Clava las zapatillas en la arena y aguantando impávido, hace un toreo de clase y sobriedad que llega al público con enorme fuerza, de ahí que sus dos trasteos muleteriles hayan transcurrido entre música y continuas muestras de entusiasmo de la concurrencia. Resultó cogido con gran aparato por su segundo, pero siguió tan valiente o más que anteriormente. Mató al tercero de una corta y dos golpes de cruceta y al sexto de dos pinchazos y estocada. Le otorgaron la oreja de ambos y paseó en triunfo por el ruedo. 
Al final, los tres espadas fueron sacados de la plaza en hombros por la Puerta del Príncipe, honor reservado a los grandes triunfadores.