Burgos, Feria de inauguración de la plaza. 29-6 a 2-7-67

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
TOREAR Y DAR PASES      
       
   Día 29 de junio  de 1967
  6 Toros de Fermín Bohórquez
     -   Antonio Ordóñez
     -   Miguelín
     -   “El Pireo”
 
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Burgos, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes. 29-6-67 
 
Indudablemente los públicos andan desorientados en esto de saber calibrar y sopesar las actuaciones de los toreros. Creen muchos de ellos, que a todos los toros se les pueden hacer las mismas faenas de relumbrón y ni siquiera tienen la paciencia suficiente para dejar que los toreros lidien a sus enemigos, se metan con ellos en pases de castigo y dominio para ver de domeñar sus asperezas y limar defectos. Quieren a toda costa la faena de los sesenta o setenta pases sin pararse a mirar las condiciones de los toros que los maestros tienen delante. Y es que una cosa es dar pases y más pases a los toros y otra muy distinta es torear. Y viene esto porque esta calurosa y apasionada tarde burgalesa Antonio Ordóñez ha estado muy torero, muy en maestro que sabe dar a cada toro la lidia que requiere, lidia eficaz, medida y justa, muy diferente a ese otro toreo de efectismo por el que el público también en la mayoría de los casos, se pirra. Y hemos sentido pena, como tantas otras veces, cuando hemos comprendido que el público no ha querido atender a las buenas razones de su lidiar, de su poder primero al manso que abrió plaza y a ese torear y no dar pases al que al principio de este comentario hacemos referencia. Antonio saludó a su enemigo con unas verónicas de su peculiar buen hacer. Nada importó que el toro echase las manos por delante, que le frenase en la acometida, porque el maestro le supo meter en su capote y reducirlas a la obediencia. Tres o cuatro veces acudió el manso al caballo y otras tantas salió suelto, arrollando en el segundo tercio a Galisteo y Alfonso Ordóñez, aunque por fortuna, sin mayores consecuencias. A la muleta llegó la res embistiendo descompuestamente, buscando con peligro y con la cara alta. El rondeño se metió con él en unas dobladas muy toreras, en las que castigó toreramente a su enemigo y le impuso el poderío de su muleta. Pero el toro no se entregó pese a la magnífica lidia y cuando el torero quiso estirarse en unos muletazos sobre la diestra, el toro le fue al bulto y le buscó con ánimo de herirle. Vuelve otra vez el rondeño a pelear con su enemigo en unos muletazos por bajo muy eficaces que remató con una estocada entera. La faena, ante un manso y peligroso animal, no pudo ser más justa ni medida, más exacta, pero el público no lo vio así y le mostraron las uñas al maestro. 
 
Al cuarto lo saludó con siete verónicas magníficas que se jalearon cumplidamente. El toro, tras tomar tres varas y salir suelto en todas, llegó a la muleta de Antonio escarbando, reservón, embistiendo con genio y aspereza. Pero por algo Ordoñez es un mago torero y a fuerza de exponer, de echarle cabeza y sentido, le cuajó una gran labor muletera. Una faena que fue posible por la entrega y la maestría del torero. Mucho genio, casta de la mala y nula clase tenía el toro, pero Antonio dio en lidiarle primero con unos pases poderosos en los que domeñó un tanto la aspereza y feo estilo del manso y después opuso al toro su genio de torero de casta y haciendo uso de su limpia ejecutoria, metió a su reacio enemigo en la muleta en series de derechazos plenos de calidad que el toro tomaba a regañadientes, sin entregarse en ningún momento. Ya con el público animado, instrumentó dos ayudados por alto, cargando la suerte, que fueron una auténtica maravilla. El artista adelantó la muleta y en el momento del embroque, hizo lo mismo con la pierna contraria y mandando, pasó bajo el arco triunfal de su franela al de Bohórquez en dos ayudados en los que sacó el engaño por la penca del rabo de su enemigo tras acariciar todo el lomo suavemente. Estos dos ayudados, con los cuatro naturales y los derechazos que vinieron después, se grabaron en la mente de todo el tendido. El toro frenaba en ellos, pero Antonio mandaba, dominaba y templaba rematando los pases con limpieza extraordinaria. Después la espada en varios pinchazos antes de lograr la estocada, hizo que perdiese los máximos galardones y que el triunfo quedase empañado. Le pitaron, pues a las figuras de su categoría se les exige mucho. 
 
Miguelín, embalado en su bulliciosa entrega, en su desafiante pelea con sus enemigos, ha gustado las mieles del éxito en sus dos toros, a los que les ha formado con capa, banderillas y muleta, dos tacos grandes. Con el capote se ha hecho ovacionar con fuerza en los lances de saludo en ese llevar al caballo a sus enemigos, con unos capotazos por delante tan vistosos como eficaces. Y con las banderillas en sus dos toros ha sentado cátedra de gran banderillero, de rehiletero de enormes facultades y recursos. De hábil maestría y de vistosa ejecución, que han levantado las mayores muestras de complacencia. Con la franela, entre el continuo jalear de la multitud y acompañamiento de la música, ha realizado dos trasteos gemelos, plenos de valor y denuedo. Dos faenas en las que el diestro de Algeciras ha toreado haciendo gala de su peculiar estilo, de sus múltiples recursos y de sus alardes valerosos que tanto gustan al público. Dos faenas en las que junto al toreo fundamental, Miguel ha puesto esos muletazos tan personales y esos desplantes temerarios que le han dado justa y merecida fama y que han puesto al público en pie. Cortó las dos orejas a su primero con aclamada vuelta y obtuvo petición de oreja con saludos desde el tercio, tras finiquitar al quinto de pinchazo, estocada y cuatro golpes de cruceta. En resumen, que vemos a Miguelín en plan arrollador, con afición y ganas de dar guerra.
 
Manuel cano “El Pireo” ha brillado sobremanera a lo largo de la lidia de sus dos toros a los que ha toreado con el capote haciendo gala de su fino estilo. Con la franela ha realizado dos excelentes faenas en las que el mozo de Las Margaritas ha sabido jugar de forma admirable ambas manos en series de muletazos que han estado marcados por el sello de lo perfecto. Ha templado y corrido la mano de forma portentosa y de ahí que su triunfo se haya visto reflejado en el continuo jalear del público y el acompañamiento de la música y la admiración de los aficionados, entregados al buen hacer del torero de Córdoba. Está el Pireo con deseos y ganas y como arte tiene siempre, se le ha visto firme, seguro y centrado. Manuel Cano ha dejado oír su voz ante dos toros de diferente condición a los que ha entendido a las mil maravillas. Perdió las orejas en su primero por precisar de estocada y cuatro golpes de cruceta, pero se le obligó a dar la vuelta al ruedo. Al que cerró plaza lo pasaportó de pinchazo y estocada tras gran faena y se le otorgó una oreja con petición de otra, amén de ser paseado en hombros por el ruedo. 
 
La corrida de don Fermín Bohórquez estuvo muy bien presentada. Una corrida con cuajo de auténticos toros, pero que en conjunto no dio gran juego por su falta de clase. Hubo un toro, el sexto, que hizo honor a la fama de la prestigiosa divisa.
Y nada más, hasta mañana a esta misma hora desde Burgos, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches.-
 
 
TRIUNFAL ALTERNATIVA DE ANGEL TERUEL
 
 Día 30 de junio  de 1967
Corrida concurso de ganaderías
    Ángel y Rafael Peralta
      -   S. M. El Viti
      -   Pedrín Benjumea
      -   Ángel Teruel (que toma la alternativa)
 

TRIUNFAL ALTERNATIVA DE ÁNGEL TERUEL QUE CORTA TRES OREJAS Y SALE EN HOMBROS EN UNION DE EL VITI. PEREZ ANGOSO, GANADOR DEL CONCURSO DE GANADERIAS.

Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Burgos, concurso de ganaderías, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes. 30-6-67
Eran las seis y quince minutos de la tarde, cuando entre una gran ovación Santiago Martín El Viti investía de matador de toros, en presencia de Pedrín Benjumea, al madrileño Ángel Teruel. Y desde este momento, ha nacido para la historia y para el arte, un matador de toros de extraordinaria calidad. Un matador de toros completo, un torero fácil y dominador, poderoso y artista. Un torero que conoce el oficio y que imprime a todo cuanto hace el sello de los elegidos. Porque en Ángel Teruel hay una figura. Su prestancia, su aplomo y seguridad en todo cuanto hace, denota en él la presencia de un torero cumbre. Parece mentira que en poco más de ocho meses haya podido cuajar este muchacho en la gran figura que es hoy. Ha ganado madurez, firmeza, sentido torero y ha estilizado su estilo, ha pulido sus defectos. En esta primera corrida como matador de toros se ha revelado como un torero de una calidad extraordinaria. Ni un solo mal paso, ni un movimiento que no haya tenido su porqué o su razón. Sabe estar en la plaza con sentido de veterano e ilusión de novel. Viéndole templar con capa y muleta, el toreo parece fácil y nos da la impresión de que podemos hacerlo nosotros mismos, cuando la realidad es bien distinta. Y es que la mayor dificultad del toreo es precisamente inferirle esa suprema facilidad, ese hacer las suertes como al alcance de cualquiera.
Con el capote torea a la verónica jugando los brazos de maravilla y templando las arrancadas al máximo. Verónicas lentas, desmayadas, en las que el torero lleva embebido en los vuelos de su capote a su enemigo con un gusto exquisito. Y en el segundo tercio, un maestro pleno de dominio, pletórico de facultades, elegante sencillez en el cite y en el cuadrar con hábil maestría tanto en los pares de poder a poder como al quebrar con limpieza. 
 
Y a la hora de requerir la franela, ya se ha llegado al convencimiento de que nos hallamos ante un figurón del toreo, ese que ustedes, aficionados, han visto por televisión mostrar su sabiduría y temple en la sencillez de sus muletazos, la natural belleza de sus naturales, de sus pases de pecho y sobre todo, el sentido de la medida, del ritmo que tiene su muletear. Y cuando su segundo toro le coge, no vuelve la cara y sigue tan sereno y tranquilo, sin alardes espectaculares. Después con la espada, templada y firme, está dentro de lo que debe ser y pasaporta a su primero de estocada que precisa dos golpes de cruceta por amorcillarse el toro. Al que cierra plaza, lo fulmina con un superior espadazo y si en el primero tuvo el galardón de una oreja con petición de otra y vuelta triunfal, en este le premian con las dos orejas y el rabo con salida en hombros entusiasmada.
 
Santiago Martín El Viti está soberbiamente valiente, extraordinario de poderío con el segundo de la tarde, una res que tiene acusado genio y aspereza. Uno de esos toros que de no haber caído en las manos maestras del salmantino, hubieran desarrollado lo que en ellas no desarrolló. Y es que Santiago toreó y lidió con capa y muleta realizando una excelente labor, plena de exposición al revolvérsele el toro y buscarle con malas intenciones, pero al que venció con inteligencia y dominio y al que mató de dos pinchazos, estocada y dos golpes de cruceta. En el cuarto estuvo cumbre, tanto con el capote como con la muleta. Sus verónicas de hondos acentos tuvieron ese sello de calidad que distingue a su toreo. Y con la muleta, entre el general entusiasmo, realizó una brillantísima labor torera de la que destacaron los redondos, naturales y de pecho, así como los molinetes, afarolados y desplantes. Mató a este toro de una gran estocada en la que ejecutó soberanamente la suerte del volapié y tras descabellar a la primera, le otorgaron las dos orejas y el rabo en medio del mayor entusiasmo y dando una celebrada vuelta al ruedo, recogiendo toda clase de prendas de vestir. El toreo señorial y majestuoso de El Viti había estado presente en su mayor pureza. Al final le pasearon en hombros y le sacaron así de la plaza. 
 
Pedrín Benjumea, este Pedro el Terrible del toreo, sigue empecinado en lograr un puesto de figura preeminente de la fiesta. Su enorme valor, su entrega constante, su celo y su casta de torero íntegro le hacen dar todas las tardes y en todos los toros el máximo. Esta tarde se ha arrimado como una fiera en sus dos enemigos, a los que ha aguantado de forma impresionante y a los que ha toreado con el capote con apreturas y buenas formas y le ha realizado dos tremendos trasteos muleteriles. Dos faenas de enorme emoción que han hecho que brotasen el muchas ocasiones el amargo grito del ay! que quedaba truncado por el jubiloso olé. Metido en terrenos de compromiso, en esas parcelas mortales por las que solo andan los toreros de leyenda y alboroto, Pedrín Benjumea ha toreado cuanto ha querido, haciendo derroche de su valor enorme, de su casta tremenda, que le hace jugarse estoicamente la vida llevado por su afán de triunfo, Pudo haberle cortado las orejas a su primero, pero tres entradas con el acero y dos descabellos dejaron el premio en una gran ovación con saludos. Con el quinto, de Bohórquez, que saltó al callejón, estuvo tremendo de valor en una faena iniciada con unos naturales y ligados pases de pecho, en los que se pasó a su enemigo a la mínima distancia, entre el clamor de los tendidos. Mató de pinchazo y una gran estocada y hubo oreja y petición de otra para Benjumea, que recorrió el ruedo en triunfo. 
 
Entre los toros tercero y cuarto actuaron los hermanos Peralta, que tuvieron una brillantísima actuación. Ambos hermanos, con un toro de doña Pilar Herraiz, rivalizaron en alardes de monta y doma y en medio de grandes ovaciones prendieron con su habitual maestría rejones y banderillas a una y dos manos, así como la rosa. Tres rejones de muerte pusieron a la res, a la que finalmente Rafael descabelló certeramente. Ambos hermanos fueron premiados con las orejas de su enemigo, con cuyos trofeos pasearon en triunfo por el ruedo. 
 
Se lidiaron toros de Samuel Flores, Garzón, Antonio Pérez, Pérez Angoso, Bohórquez y Amelia Pérez Tabernero. El trofeo en disputa entre las vacadas fue ganado por el toro de Pérez Angoso. 
 
Y por hoy nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches.-
 
 
UNA MAGISTRAL LECCION DE TOREO
 
Día 1 de julio  de 1967
 
  6 Toros de Samuel Flores
 
   -   Paco Camino
   -   S.M. El Viti
   -   José Fuentes
 
DOS OREJAS PARA CAMINO Y UNA A EL VITI Y JOSE FUENTES
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Burgos, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes. 1-7-67
 
Por haberse desollado uno de los toros de Samuel Flores, se han corrido cinco reses de esta vacada y uno, lidiado en primer lugar, de Campillones. Sin que sepamos a ciencia cierta el motivo, el público protestó airadamente la presencia del sexto toro y el presidente mandó que fuese devuelto a los corrales, siendo sustituido por otro de igual divisa. Todos dieron desigual juego y al de Campillones se le condenó a banderillas negras. 
 
Paco Camino se enfrentó en primer lugar con un toro manso y huido, al que saludó con cinco verónicas y media magníficas, pero después el toro se declaró manso total y no hubo forma de que recibiese un solo picotazo, pese a que en seis o siete ocasiones le pusieron en suerte para ser picado. Ante la imposibilidad de ello, ordenó el presidente que se le condenase a banderillas negras de las que, también por orden presidencial, sólo se le pusieron dos pares. Paco se dobló muy bien con el manso y hasta le sacó algunos muletazos diestros que se le jalearon, pero el toro dio en huir constantemente, por lo que tras una eficaz labor de aliño, lo pasaportó el camero de pinchazo y media estocada. La presidencia se ganó una gran bronca por no haber devuelto el toro a los corrales por manso, cosa antirreglamentaria y Paco Camino fue premiado con una ovación con saludos. Al cuarto lo recibió con cinco verónicas y media de extraordinaria calidad y que se ovacionaron con toda justicia. Tras tomar la  res una vara y ser banderilleada con rapidez, dio comienzo a su labor muletera con unos de tanteo muy toreros, para continuar por derechazos y naturales en los que dejó impresa la nota de su arte extraordinario. Adelantando el engaño y a fuerza de templar y llevar embarcadísima a la res, le consuma pases con gran hondura, dominio y pureza. Una gran faena. Mató de media, que tiró a su enemigo sin puntilla y dio la vuelta al ruedo con las dos orejas que le fueron otorgadas por su magistral lección de toreo.  
 
Santiago Martín El Viti ha tenido una actuación excelente en sus dos toros y si a la hora de contabilizar trofeos no aparece más que uno, débese a que en su primero la espada se le negó y perdió por ello los máximos trofeos. Pero vayamos por partes. Con el capote he toreado con esa hondura, esa pureza y ese sentido de lo clásico con que el salmantino hace gala siempre. Verónicas de abierto compás en las que se ha pasado a su enemigo muy cerca  y a las que ha conferido un sentido de autenticidad extraordinario. Con la franela, sus dos trasteos han sido un dechado de perfecciones toreras. El buen hacer de Santiago ha quedado de manifiesto al jugar con sinigual maestría ambas manos en un derroche de saber que han hecho que la música y las ovaciones acompañen toda su labor. El temple del de Vitigudino ha sido la base de su triunfo, de ese torear pausado y majestuoso por redondos, naturales, de pecho y toda clase de muletazos en los que ha puesto el sello personalísimo de su calidad torera. Los toros, ásperos y de corta acometida, precisaban de una muleta mandona, de una muleta que, llevándoles embarcados en ella, les prolongase el viaje, hasta rematar a la perfección entre el consiguiente delirio de los aficionados entregados a su buen hacer y concebir el toreo. Pero la espada en su primero, le jugó una mala pasada al no ayudarle su enemigo nada, precisó de tres pinchazos, estocada y varios golpes de verduguillo para finiquitarlo, pese a lo cual fue premiado con una gran ovación. Al quinto lo mató de una estocada marca de la casa y se le premió con la oreja y vuelta triunfal al ruedo.
 
Hoy José Fuentes ha toreado con capa y muleta con esa elegancia, ese sentido de la belleza, que le hace ser una de las figuras más destacadas del escalafón de matadores de toros. Es José Fuentes un torero de guante blanco. Parece que va de frac, tal es su elegancia en el saber llevar con empaque el traje de luces. La elegancia de Fuentes ha quedado de manifiesto durante toda su actuación, al ejecutar lances a la verónica plenos de donaire y majestad, de señorial empaque, que han calado hondo en los abarrotados graderíos. Y con la muleta, la sabiduría, el temple y el mando con que este torero sabe imprimir a todos los muletazos, hacen que se le vea con  deleite como se paladea un buen vino o se gusta de un plato bien condimentado. Sus dos trasteos muleteriles han sido de torero en plena madurez de su arte. Y así hemos visto cómo ha templado y mandado sobre ambas manos y hemos sido testigos de su asombroso toreo al natural y en redondo. Muletazos largos, templadísimos en los que el artista ha llevado siempre la muleta planchada, tersa y en la que ha embebido a sus enemigos hasta hacerles ir por cauces de verdad auténtica. Dos faenas, en fin, de las que José Fuentes parece tener la exclusiva, dos faenas que valen por muchas. Al primero lo mató de un pinchazo y media estocada con descabello y en medio del clamor general, obtuvo oreja con fuerte petición de otra y triunfal paseo por el ruedo. Al sexto, un toro cornalón y de mucho respeto, le realizó una soberbia faena, compuesta de pases de suprema calidad, pero el fallo a espada le privó de los máximos trofeos, quedando todo en una ovación con despedida. 
 
Y por hoy nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches a todos.-
 
LA EJEMPLAR DOMA DE FERMÍN BOHÓRQUEZ
 
Día 2 de julio  de 1967
 
  6 Toros de Samuel Flores
 
     Fermin Bohorquez
   -   Diego Puerta
   -   Miguelín
   -   El Pireo
 
Cierra hoy la Feria de Burgos con esta quinta corrida en la que con un toro de Sánchez Cobaleda actúa el caballero jerezano don Fermín Bohórquez, el cual entre la lidia de los toros tercero y cuarto tuvo una actuación felicísima, tanto como caballista de ejemplar doma, como en la faceta de rejoneador. Entre ovaciones  continuas, don Fermín puso rejones, arponcillos y banderillas brillando sobremanera al prender dos pares a una mano, que fueron un portento. Un certero rejón mató sin puntilla a su enemigo y en medio del clamor general, paseó por el ruedo las dos orejas y el rabo de la res con la que había alcanzado gran triunfo. 2-7-67
 
En lidia normal actuaron Diego Puerta, Miguel mateo Miguelín y el cordobés Manolo Cano El Pireo, los cuales pasaportaron un encierro de don Juan Mari Pérez Tabernero Montalvo, bien presentado pero que dio mal juego en conjunto, siendo bueno el que cerró plaza. 
 
Miguel Mateo Miguelín, con un lote de mansos y peligrosos enemigos, dos toros de cuidado y de áspera condición, ha estado todo lo bien que se puede estar con tales reses, desahogado y breve, pudiendo en todo momento sobre la difícil condición de sus enemigos, que no han ofrecido el menor resquicio para el éxito. Ha estado breve con la espada en sus dos toros, pero a las gentes no les ha agradado la cosa, pues siempre se espera el toreo de relumbrón, sin reparar en las condiciones del toro. Mató a su primero de media y al cuarto de pinchazo, estocada y descabello.
 
Diego Puerta ha dejado una vez más patente su enorme casta, su valor indómito y su arte sevillanísimo. Esta tarde el florido y alegre capote del diestro sevillano ha bordado verónicas del más puro estilo y en quites sus chicuelinas han tenido todo el aroma y el garbo de su gallardo estilo, por lo que las ovaciones más atronadoras han acogido su brillante actuación con el capote. 
 
Con la franela, a fuerza de exponer, de jugarse el tipo, de aguantar las tarascadas de sus enemigos, sin ceder un palmo de terreno, ha realizado dos extraordinarias faenas. Dos labores muleteras en las que se han dado cita todas las virtudes toreras del gran maestro de San Bernardo, que ha jugado a las mil maravillas ambas manos, en un derroche de gallarda torería, de arte extraordinario y de un valor que sigue siendo el mismo que cuando estaba en sus primeras andaduras toreras. Poco le ha importado al sevillano la áspera condición de sus enemigos, que le tiraban unos derrotes de miedo, él ha estado en ese sitio de supremo peligro, el sitio que siempre pisó en el toreo y en el que ha compuesto dos grandes faenas. Ha sido una pena que la espada le privase de los máximos honores en ambos toros, pues precisó de dos entradas y un descabello  en su primero, en el que obtuvo petición de oreja y triunfal vuelta al ruedo. En el quinto, un toro bronco y con auténtico peligro, estuvo hecho un titán, pero el toro al echarle la cara arriba en la suerte suprema, le privó de trofeos al pasaportarlo de pinchazo, media y dos golpes de cruceta. Fue premiado con una gran ovación. 
 
Manuel Cano El Pireo, tropezó en primer lugar con un toro manso y peligroso al que expuso lo indecible, ya que la res le frenaba en mitad de la suerte, le probaba y no se prestaba a florituras. Lo mató de pinchazo y media y se enfadaron con el paisano el Guerrita. Pero el enfado del publico duró hasta que saltó a la arena el segundo de su lote, con él el muchacho de Las Margaritas la formó buena al torearlo reposadamente a la verónica y realizarle después un quite de delantal de maravilla. Los olés debieron oírse en su Córdoba natal. Y con la franela, el Pireo estuvo en la cumbre del éxito al desarrollar una brillante labor muletera compuesta de pases de gran calidad y temple. Una gran faena, soberbia de principio a fin, los pases de pecho hondos y sentidos, los adornos y toda clase de muletazos que instrumentó. Mató de media superior y en medio del clamor del público, se le otorgaron las dos orejas con petición de rabo y salida final en triunfo. 
 
Y nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro fetén, servidor, les desea muy buenas noches.-